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Un tarraconense descubre en First Dates una curiosa coincidencia con su cita: «Esto va a ser peligroso»

Alberto llegó al programa presentado por Carlos Sobera dispuesto a conocer a alguien especial

Imagen de Alberto, el joven de 34 años de Tarragona que ha participado en First Dates.

Imagen de Alberto, el joven de 34 años de Tarragona que ha participado en First Dates.First Dates

Daniel Cabezas Ramírez

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Alberto, un joven de 34 años natural de Tarragona, se convirtió en uno de los protagonistas de uno de los programas emitidos esta semana de First Dates. Con ganas de encontrar el amor tras su experiencia anterior, el tarraconense llegó al programa dispuesto a conocer a alguien especial. Entre risas y confesiones, Alberto sorprendió tanto a los espectadores como a su cita con su sinceridad y su sentido del humor.

Su cita fue Kevin, un agente financiero de 35 años originario de Estados Unidos que vive en Madrid. Desde el primer momento, ambos conectaron por su simpatía y su carácter abierto. La conversación inicial fue fluida y divertida, con intercambios sobre sus gustos, lugares de procedencia y peculiaridades, generando un ambiente de complicidad.

El momento que quedó marcado en la cita llegó cuando ambos rieron, algo que llamó la atención de Matías Roure, miembro del equipo del programa. “¡Tenéis la misma risa!”, exclamó, a lo que Alberto respondió entre carcajadas: “Esto va a ser peligroso”. Esta coincidencia se convirtió en el hilo conductor de la velada y en el momento más comentado del programa.

Más allá de la coincidencia, Alberto y Kevin descubrieron que compartían aficiones, como el gusto por la música y la diversión en la vida cotidiana. Kevin confesó que, aunque no es un gran bailarín por su origen estadounidense, le encanta moverse al ritmo de la música, mientras que Alberto destacó su alegría y sentido del humor. 

La química entre ambos quedó patente durante toda la cita, en la que también se trataron temas más íntimos. Kevin reveló su importancia por mantener una vida sexual activa. Ambos coincidieron en su carácter juguetón y disfrutón, aunque reconocieron que sus expectativas no coincidían del todo para una relación romántica. 

Al final de la noche, la pareja compartió un beso que, aunque apasionado, sirvió más como despedida que como inicio de una relación. Ambos coincidieron en que su conexión era más cercana a la amistad. El momento de la risa idéntica seguirá siendo recordado como el instante más peculiar de la noche.

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