TRADICIÓN
Las nubes frustran la celebración del solsticio de invierno en la calle del Vidre
Impiden que decenas de personas vean el sol traspasando el campanario

La gente esperaba capturar un momento mágico.
Cada 21 de diciembre, en torno a las 10 horas, en Reus se vive un fenómeno mágico, con el Sol atravesando los ventanales del campanario de la Prioral. La calle del Vidre se ha convertido en el punto predilecto para presenciar la imagen y, 30 minutos antes del momento, ya había gente haciendo acto de presencia para asegurarse el mejor sitio. Los instantes previos servían para testar los objetivos, encontrar el mejor ángulo, tener listos los teléfonos móviles y las cámaras fotográficas para inmortalizar la áurea estrella.
No obstante, las nubes no permitieron celebrar el solsticio de invierno como una cincuentena de personas anhelaban. «Ahora mismo está un poco complicado», se susurraba, mientras todavía había quien buscaba un lugar donde parar y alzar la vista. Con el repique de las campanas marcando las 10, el silencio se hizo en la calle del Vidre, pero el gris del cielo impedía ver más allá. «Este año no podemos hacer la foto, no han barrido el cielo», se sentía. La fila, que prácticamente llegaba a la placita dels Argenters, se deshacía ceremoniosamente, cabizbaja, sin haber alcanzado el deseo.
No sería hasta al cabo de un cuarto de hora que un claro aportó cierta alegría a los pocos que habían perseverado, parsimoniosos, en el mismo lugar, con una caricia de luz íntima.