Gastronomía
El pueblo de Tarragona donde se come muy bien y no todo el mundo conoce
Este municipio de 333 habitantes se ha convertido en una joya gastronómica aún desconocida para muchos

Imagen de un plato del restaurante Brots de Poboleda.
En pleno Priorat, rodeado de viñedos y montañas, se encuentra Poboleda, un pequeño pueblo de apenas 333 habitantes que se ha convertido en una joya gastronómica aún desconocida para muchos. Este municipio, con una larga tradición agrícola centrada en la vid, el olivo y el avellano, ha sabido reinventarse como destino para los amantes del buen comer.
Uno de los grandes responsables de esta transformación es el restaurante Brots, un establecimiento íntimo y vanguardista dirigido por el chef belga Pieter Truyts. Con solo 22 plazas, este local ha sido incluido en la Guía Michelin y ofrece una experiencia culinaria única, en la que la creatividad y el respeto por el producto local van de la mano.

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Su carta, que fusiona sabores internacionales con ingredientes de proximidad, se marida con vinos de la prestigiosa DOQ Priorat, lo que convierte cada comida en una experiencia sensorial completa. Pero Poboleda no solo conquista por su cocina salada.
El pueblo también ha ganado reconocimiento gracias a Xocoleda 9 Onze, una tienda de chocolate artesanal ubicada en la calle Nou. Sus bombones, tabletas y su famoso chocolate a la taza han logrado atraer a visitantes de toda la comarca, consolidando a este rincón como parada obligatoria para los amantes del dulce.
Además del atractivo gastronómico, Poboleda conserva un valioso patrimonio histórico. En la Edad Media fue un enclave agrícola vinculado a la Cartuja de Scala Dei, y aún hoy se pueden visitar lugares como el Molí dels Frares —un antiguo molino cartujo— o la Iglesia de San Pedro, conocida como la "catedral del Priorat" por su imponente arquitectura.
El entorno natural también invita al paseo y al descanso, con puntos de interés como la Fuente del Mingot o la Ermita de Maria Assumpta, ideales para quienes buscan desconectar en plena naturaleza. Entre comida, historia y paisaje, el pueblo ofrece una experiencia completa para una escapada tranquila e ideal.