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Este pueblo de Tarragona esconde uno de los monasterios más grandes de Europa
El monasterio, uno de los más imponentes de Europa, atrae a turistas de toda España y del extranjero

Exterior del Monasterio de Poblet.
Vimbodí i Poblet, un pequeño municipio de la Conca de Barberà en Tarragona, alberga el Real Monasterio de Santa María de Poblet, uno de los conjuntos monásticos más imponentes de Europa. El nombre actual del pueblo, adoptado en 2006, hace referencia a este monasterio, que atrae a turistas de toda España y del extranjero.
El monasterio, fundado en 1149 por el conde Ramón Berenguer IV y la reina Peronella, es el mayor de los tres cenobios que forman la Ruta del Císter, junto a Santes Creus y Vallbona de les Monges. Su historia está marcada por la influencia de la corona de Aragón y por haber sido panteón de reyes como Jaime I el Conquistador, Pedro III o Alfonso I, consolidándose como centro social y espiritual de la comarca.
Tras la desamortización de Mendizábal en 1835, el monasterio sufrió un periodo de abandono que duró casi un siglo. La restauración iniciada en 1930 y la llegada de una comunidad cisterciense en 1940 devolvieron la vida a sus muros. En 1991, su valor fue reconocido internacionalmente con la declaración de Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Visitar Poblet es adentrarse en siglos de historia. Su recinto amurallado conserva elementos románicos y góticos, como la Iglesia Mayor y la Sede Capitular, donde se celebraban actos monásticos. Cada rincón del complejo refleja la riqueza arquitectónica de distintas épocas y la importancia que tuvo el monasterio en la vida social y religiosa de la región.
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Vimbodí i Poblet también ofrece rutas de senderismo entre encinas y pinos, con fauna mediterránea autóctona y paisajes que impresionan a cada paso. El Mirador de la Pena, por ejemplo, permite disfrutar de vistas espectaculares del valle de la Conca de Barberà y de las Muntanyes de Prades.
Además, los amantes de la arquitectura religiosa pueden recorrer la Ruta del Císter, un itinerario que conecta los tres grandes monasterios de la comarca y permite contemplar siglos de historia cisterciense en un solo viaje.