Sociedad
El pueblo abandonado de Tarragona que ha enamorado a la revista Forbes
Lo que realmente ha convertido a este municipio en un foco de atención es su aura inquietante

Imagen de la iglesia de Sant Salvador de La Mussara.
En lo alto de la sierra de Prades, a más de 1.000 metros de altitud, se encuentra La Mussara, un antiguo pueblo deshabitado que ha despertado un creciente interés entre excursionistas, curiosos del misterio y medios internacionales. Uno de los que se han fijado en este enigmático rincón de Tarragona ha sido la revista Forbes, que le ha dedicado un reportaje en el que lo califica como un lugar «solo apto para valientes».
La Mussara fue abandonado oficialmente en los años 60, aunque el éxodo de sus habitantes había comenzado mucho antes. La falta de servicios básicos como agua corriente, electricidad o caminos accesibles, sumado a la devastadora plaga de filoxera que arrasó sus viñedos, aceleraron la marcha de quienes aún resistían en sus calles de piedra.

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Pero más allá de su decadencia física, lo que realmente ha convertido a La Mussara en un foco de atención es su aura inquietante. Hoy en día, atrae tanto a senderistas como a aficionados al misterio y fotógrafos en busca de escenas cargadas de atmósfera. Las ruinas, cubiertas frecuentemente por una espesa niebla, ofrecen unas vistas espectaculares del Baix Camp, pero también despiertan una sensación de inquietud difícil de explicar.
La historia del lugar se remonta siglos atrás, con referencias documentadas desde el año 1173. En su punto más alto se encuentra la iglesia de Sant Salvador, cuya torre campanaria, aún en pie, se ha convertido en un icono del paisaje. Esa misma torre ha sido protagonista de múltiples leyendas urbanas, incluyendo supuestas apariciones y símbolos extraños grabados en sus muros.

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Uno de los relatos más comentados es el de Enrique Martínez, un excursionista que en 1991, según versiones populares, desapareció en la niebla sin dejar rastro mientras paseaba por la zona con amigos. Aunque no existen registros oficiales de este hecho, la historia se ha mantenido viva en la cultura local, alimentando el mito de La Mussara como un lugar vinculado a dimensiones paralelas y desapariciones inexplicables.
Pese a su fama de enclave maldito, La Mussara sigue recibiendo visitantes que buscan vivir la experiencia de un lugar detenido en el tiempo. Desde sus senderos se puede disfrutar de panorámicas únicas que abarcan el Montsant, la Costa Dorada y el Mediterráneo. Un destino que combina historia, belleza natural y un toque de misterio, ahora reconocido incluso por medios internacionales.