Sociedad
Disneyland pudo construirse entre dos pueblos de Tarragona: la razón por la que no se instaló
España estuvo entre los países finalistas para acoger el proyecto, y Tarragona fue una de las grandes candidatas

Imagen de Mickey Mouse.
En la década de los 80, la multinacional Disney estuvo a punto de establecer su emblemático parque temático en la costa de Tarragona, concretamente entre L’Ametlla de Mar y Vandellós. Aunque hoy en día millones de personas visitan Disneyland París, pocos saben que esa ciudad de fantasía podría haber estado situada en tierras catalanas. España estuvo entre los países finalistas para acoger el proyecto, y Tarragona fue una de las grandes candidatas.
Durante el proceso de selección para instalar lo que en ese momento se llamaría EuroDisney, Disney barajó diferentes lugares en Europa tras descartar países como Alemania, Grecia o Italia. La competencia final se centró entre dos naciones: Francia y España. Dentro de nuestro país, los estudios de viabilidad incluyeron cuatro enclaves del litoral mediterráneo, siendo Tarragona la primera opción que se evaluó.

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Además de la zona tarraconense, Disney analizó el área de Cabanes-Oropesa-Torreblanca en Castellón, los marjales de Pego entre Gandía y Dénia en la Comunidad Valenciana, y Santa Pola, en la provincia de Alicante. Todas estas ubicaciones ofrecían clima favorable, proximidad al mar y posibilidades de desarrollo turístico, pero finalmente no fueron suficientes para convencer a la compañía.
El 18 de diciembre de 1985, tras meses de deliberaciones, Disney anunció oficialmente que el parque se construiría en Marne-la-Vallée, a 35 kilómetros de París. Las razones clave detrás de esta elección incluyeron una mayor densidad de población en la región parisina, un entorno de infraestructuras más consolidado, menor coste en ciertos aspectos del proyecto y la cercanía a dos aeropuertos internacionales.

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A estos factores se sumaron ventajas estratégicas. Francia, en ese momento, era el país más visitado del mundo, y el gobierno francés ofreció condiciones excepcionales: se comprometió a construir una línea de tren de alta velocidad (TGV) que llegara hasta las puertas del parque y facilitó la compra de grandes extensiones de terreno.
Además, Disney no solo levantaría los parques, sino que desarrollaría toda una ciudad con hoteles, centros comerciales y oferta de ocio integrada. Aunque finalmente Disneyland acabó en Francia, la elección marcó un momento clave en el desarrollo turístico de Europa. Tarragona, y en general el litoral mediterráneo español, estuvo a un paso de convertirse en el hogar europeo de Mickey Mouse.