Urbanismo
El Banco de España no podrá convertirse en un hotel hasta que la ciudad no apruebe un nuevo POUM
El edificio es un equipamiento y las normas subsidiarias no permiten un cambio de usos total

Imagen de archivo del edificio del Banco de España, catalogado como BCIL.
El Banco de España no podrá convertirse en un equipamiento hotelero hasta que la ciudad no apruebe un nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal. Las normas subsidiarias vigentes, que se prorrogaron el año pasado hasta el 2028, no permiten un cambio de usos del edificio, que se trata de un equipamiento comunitario. Así lo confirman fuentes municipales, que se limitan a expresar que «se tiene conocimiento de la situación» y que «se están estudiando las propuestas recibidas, también desde el punto de vista urbanístico».
Hace unas semanas, Diari Més adelantó que había interés por parte de varias empresas de convertir el Banco de España en un hotel y construir un nuevo edificio en la parte posterior, que es edificable. Esta oferta se está valorando desde el gobierno municipal, que ve con buenos ojos las iniciativas privadas para el equipamiento público. Ahora bien: para que este proyecto se acabe haciendo realidad, hará falta tener un nuevo POUM y modificar los usos del Banco de España, además de crear un Plan Especial Urbanístico o modificar de entrada el planeamiento general.
Normas estrictas
Según las normas subsidiarias, que entraron en vigor el año 2020 cuando cayó el POUM del 2013, el Banco de España es un equipamiento comunitario (Clave 7) dentro de la subzona 13a2, la Rambla Nova. Esta calificación de equipamiento comunitario comporta unas condiciones de uso: «Los usos asignados tendrán que ser compatibles con su naturaleza pública o social y no podrán comportar actividades de carácter lucrativo o comercial que desvirtúen su función principal», se detalla en el artículo 151. Los usos hoteleros, pues, no están permitidos. Sólo podría encajar un uso dotacional, como residencia temporal de carácter público o social, pero los proyectos presentados para el Banco de España no son de esta tipología.
Si el proyecto sólo ocupara una parte del edificio, haría falta tramitar un Plan Especial y mantener una función pública o social en el resto del espacio. Para convertir todo el Banco de España en un hotel y, además, construir en la parte posterior un equipamiento también hotelero, hace falta una recalificación del equipamiento a terciario u hotelero, y para llegar hasta este punto haría falta un nuevo POUM con estos cambios incluidos desde el principio. Un hecho que parece difícil, después de la oposición al proyecto del hotel por parte del PP, ERC y ECP.
Por otra parte, y dada la singularidad del edificio y de la calle donde se ubica, la normativa urbanística también hace inciso en las condiciones de ordenación y estética. La gran mayoría de las fachadas de la Rambla Nueva están protegidas y, por lo tanto, hay que mantener una alineación y la tipología de las fachadas existentes. También es obligatorio el uso de materiales nobles y coherentes con el entorno, y hay restricciones para la transformación de alturas y volúmenes. Además, hace falta conservar y proteger la estructura original y de los elementos ornamentales de valor arquitectónico. Por lo tanto, toda intervención en el edificio estaría muy limitada y vigilada de bien cerca por el departamento de Patrimonio.
A la espera del estudio de inundabilidad para sacar adelante el POUM en el 2026
Según explicó ayer García, «el estudio de inundabilidad del POUM de 2013 sólo se centró en el Francolí y en el Gaià, y no tuvo en cuenta torrentes como el de la Mora, Budellera, Río Claro o el Llorito. Eso lo estamos intentando revertir», recalcó. Sin embargo, aseguró que «no se pone en peligro» el crecimiento urbanístico previsto en zonas de la ciudad como Ponent o Llevant. «Tendrán que soportar unas cargas para mitigar las inundaciones que se pueden producir a raíz de las urbanizaciones posteriores. El cambio climático es una evidencia y las ciudades se tienen que adaptar. Este POUM será pionero», acabó diciendo el conseller y tercer teniente de alcalde.