Sociedad
La capilla secreta de Tarragona que está escondida en un claustro y no todo el mundo conoce
Esta capilla es una joya que, pese a su valor patrimonial, permanece prácticamente invisible para el gran público

Imagen de la capilla de Sant Pau.
En pleno corazón de Tarragona, entre calles que respiran historia y estructuras monumentales, se oculta un pequeño tesoro arquitectónico que muchas veces falta en las guías turísticas. Se trata de la capilla de Sant Pau del Seminari, una joya del románico tardío que, pese a su valor patrimonial, permanece prácticamente invisible para el gran público. Ubicada dentro del Seminari Pontifici, esta construcción del siglo XIII ha quedado eclipsada por la arquitectura posterior que la rodea, convirtiéndose en un secreto guardado entre muros de piedra.
Lejos de cualquier fachada llamativa, la capilla apenas mide ocho metros de largo por algo más de tres de ancho, y destaca por la sencillez de su diseño. Su estructura rectangular, de una sola nave sin añadidos, responde a los cánones más sobrios del estilo románico.
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Sin embargo, en sus muros se esconden detalles fascinantes, como capiteles corintios en columnas adosadas y una serie de arcuaciones ciegas que rematan las paredes exteriores con ritmo y elegancia. Estas molduras no solo decoran, también protegieron la piedra del desgaste durante siglos.
El interior, aunque austero, conserva una belleza serena. Las bóvedas de crucería y las claves ornamentadas con figuras simbólicas, como un pájaro o una flor, muestran la maestría de los artesanos medievales. Los arcos, sustentados sobre ménsulas empotradas, crean una sensación de armonía y solidez que conecta esta capilla con el claustro de la catedral, con el que probablemente comparte influencias estilísticas e incluso origen de taller.
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Su historia es tan misteriosa como su ubicación. Documentos del siglo XIII ya hacen referencia a Sant Pau, vinculándola a funciones asistenciales en el entorno religioso: allí trabajaban clérigos que cuidaban de canónigos enfermos. Con la construcción del Seminari Pontifici a finales del siglo XIX, la capilla quedó literalmente engullida por el nuevo complejo. Lo que antes se abría a una callejuela hoy desaparecida —el antiguo carrer de Sant Pau—, ahora solo es accesible desde el interior del patio del seminario.
A esta discreción se suma una leyenda que otorga aún más mística al lugar: según antiguos textos, se creía que el apóstol Pablo había predicado sobre la misma roca donde se alzó la capilla. Aunque esta teoría no está confirmada, sí contribuye al aura espiritual que aún se respira en el recinto. Con todo, resulta paradójico que uno de los testimonios más antiguos del románico en Tarragona haya quedado oculto precisamente por la evolución del espacio religioso que debería preservarlo.