Televisión
Un soltero de Tarragona, impresionado por la musculatura de su cita en First Dates: «Estás muy fuerte»
Miquel confesó que había explorado otros modelos afectivos, como el poliamor o las relaciones abiertas

Imagen de Miquel, el soltero de Tarragona.
La cita entre Miquel y Carla en el programa First Dates no pasó desapercibida, especialmente por la conexión que ambos compartían con el mundo del deporte. Él, natural de Tarragona, llegó al restaurante con una trayectoria de 16 años entrenando y una pasión evidente por el culturismo, disciplina en la que incluso había competido a nivel amateur.
Su cita, Carla, de 25 años, también es una gran aficionada al gimnasio. Tanto, que asegura que su físico delata cuántas horas le dedica al entrenamiento. De hecho, le gusta que le reconozcan su esfuerzo: «La gente me dice que estoy muy fuerte, y me encanta».

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Al ver a Miquel, le pareció un chico agradable, y rápidamente comenzaron a hablar de sus respectivas profesiones. Sin embargo, justo cuando ella estaba a punto de preguntarle por su rutina de entrenamiento —un tema fundamental para ella en una pareja— la camarera Laura Boado les interrumpió para llevarlos a la mesa.
Ya sentados, Miquel rompió el hielo diciéndole a Carla que estaba muy fuerte, quien agradeció los elogios. A lo largo de la cena, él compartió algunos detalles personales, como su divorcio, su vida actual en Sabadell y su amor por los animales, algo que ella valoró especialmente, ya que se había criado rodeada de caballos, gallinas y ocas.
Sin embargo, no todo fue armonía. Miquel confesó que tras su divorcio había explorado otros modelos afectivos, como el poliamor o las relaciones abiertas. Carla, firme en sus creencias, se mostró claramente en desacuerdo: «No puedes querer a más de una persona, eso es porque no quieres a nadie», sentenció.

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En el reservado, la conversación giró hacia la música. Ambos coincidieron en su gusto por el techno e incluso hablaron de asistir juntos a algún festival. Carla le mostró algún paso de música urbana, aunque Miquel reconoció que no sintió una atracción inmediata. Pese a eso, expresó interés en seguir conociéndola.
La cena finalizó con Miquel asumiendo la cuenta, convencido de que podrían volver a verse. Sin embargo, Carla fue honesta: aunque él le había caído muy bien, no había sentido esa chispa que necesitaba. Miquel, por su parte, intuyó que su visión sobre las relaciones había influido, pero ella aclaró que no era por eso, ya que lo consideraba parte de su pasado.