Diari Més
Maria Teresa Carrillo

Gerente del Instituto Metropolitano del Taxi de Barcelona

Entrevista

Maria Teresa Carrillo: «Les miedos iniciales son normales, pero la experiencia da la razón a quien unifica el servicio de taxi»

La gerente del Instituto Metropolitano del Taxi de Barcelona repasa el origen y funcionamiento del organismo y expone los beneficios y oportunidades de la unión de licencias de taxi en un territorio

Maria Teresa Carrillo lleva varias décadas trabajando al área metropolitana de Barcelona.

Maria Teresa Carrillo lleva varias décadas trabajando al área metropolitana de Barcelona.Prensa CON

Oriol Castro
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¿En qué momento nace la necesidad de crear el Instituto Metropolitano del Taxi?

«Todo viene derivado por los convenios previos que ya se habían hecho en los años 60. Antes, el servicio del taxi era a nivel municipal y, por lo tanto, su competencia era de los Ayuntamientos. Al primer acuerdo entre Barcelona y l'Hospitalet de Llobregat se van sumando más municipios. Se permite a los taxistas desplazarse a los otros municipios por una cuestión de continuidad urbana. Al mismo tiempo, las ciudades van creciendo y se van superponiendo las unas con las otras y se detecta esta necesidad».

Primero nace la Corporación Metropolitana de Barcelona y después el IMET.

«El año 77, cuando se firman los acuerdos de la Corporación, ya nace con unos objetivos a nivel de transporte con carácter metropolitano, como una administración concreta. Y la Corporación adquiría competencias también en transporte y los 27 municipios que la formaban las cedieron. Y pasan a ser regulados por la Corporación».

¿En este sentido, hubo reticencias? ¿Se opusieron más los ayuntamientos o los taxistas?

«Los ayuntamientos estuvieron de acuerdo. Y la mayoría de taxistas también porque era una mejora para todos. Era un incremento del negocio y suponía poder desplazarse por todo el territorio y poder ofrecer los servicios a todos los ciudadanos del territorio. Sí que hubo problemas con los taxistas del Prat de Llobregat porque hasta aquel momento ellos eran los únicos que ofrecían servicio en el aeropuerto y lógicamente perdieron la prioridad que tenían. Pero también pudieron ir a Barcelona capital que era un punto importante de demanda de servicios. Lo acabaron aceptando y creo que tomaron la decisión correcta».

Después se crea la entidad metropolitana del transporte y el IMET se constituye el 93. ¿El mecanismo era lo mismo todo y que con nombre diferente?

«Sí, al final ha ido creciendo hasta los 36 municipios y ahora se llama área metropolitana de Barcelona. Y se define que el transporte tiene carácter urbano y no interurbano. Es importante porque a nivel de legislación del transporte, se aplica la ley de los servicios urbanos. Antes un servicio entre Barcelona y Esplugues se concebía como un servicio interurbano y ahora ya no. Y en este momento, todos los taxistas son metropolitanos y todos tienen las mismas obligaciones y requisitos».

«Unas obligaciones y requisitos que marcan Ustedes. ¿Cómo funciona el IMET? ¿Cuál es su marco de actuación? «Somos el ente regulador del taxi en la AMB. Y en estos momentos también de los VTC. Somos un organismo autónomo y fijamos horarios, formas de trabajar, licencias. Todo lo que tiene que ver con el servicio del taxi. Desde el punto de vista de la administración, los taxistas son empresarios, son autónomos. Y tienen su autonomía, pero tienen que cumplir una serie de normas: la ley del taxi a nivel catalán y el reglamento del taxi a nivel metropolitano»

El IMET regula las licencias. ¿Cómo se pactaron las que correspondían a cada municipio?

«Los ayuntamientos aportaron las licencias que tenían en el momento que la AMB adquirió las competencias del taxi. Si un ayuntamiento tenía 10, ponía 10. Si uno tenía 3, aportaba las 3. Hace muchos años que no se otorgan»

¿Por lo tanto, los municipios no tienen intervención?

«No, si se tuvieran que dar nuevas lo tendría que hacer el IMET. Los ayuntamientos sólo intervienen para definir las paradas en el municipio donde quieren que haya servicio del taxi».

¿Cómo se garantiza que el servicio llegue a todos los municipios y no se concentren en lugares turísticos de Barcelona o al aeropuerto?

«La regulación de la garantía del servicio es un tema difícil. La tendencia del taxista es querer ir donde tiene seguro pasaje y servicio. Es verdad que hay otros profesionales que por la zona donde viven ya les interesa quedarse. Y también hay empresas de mediación, radio taxis o emisoras APP que trabajan en determinadas zonas concretas. Entonces ya son taxistas de la zona. Pero la garantía del servicio no se puede controlar del todo. Ellos al final son autónomos y pueden trabajar por toda el área metropolitana»

¿Los agravios de la tarifa, al hacer el cambio de taxis municipales a metropolitanos, como se gestionó?

«Yo no estaba, pero lo que ha quedado por escrito muestra que se llegó a un acuerdo. Un pacto en el cual nadie salga perdiendo. Todo se convenía y se buscó consenso entre municipios para una tarifa conjunta»

¿La representación política en el IMET como funciona? ¿Depende de los ayuntamientos?

«Nuestra madre es el Área Metropolitana de Barcelona, que tiene un Consejo Metropolitano con un centenar de consejeros que son representantes de los diferentes ayuntamientos. Y este Consejo es el que designa determinados consejeros para que formen parte del Consejo de Administración del IMET. No tiene representación territorial».

Antes definía el IMET como un órgano autónomo. ¿Podría funcionar de forma independiente sin “madre”, sin la AMB?

«Si se dotara normativamente, en principio no tendría que haber ningún problema. Actualmente, las competencias normativas las tiene la AMB. Por ejemplo, el reglamento metropolitano del taxi lo aprobó la “madre”. Pero si desde la creación del organismo ya estuviera dotado jurídicamente creo que podría funcionar».

Los taxistas del Camp de Tarragona dudan de la viabilidad y eficiencia de la creación de un sistema similar al territorio. ¿Entiende estas reticencias?

«El desconocimiento hace que se tenga más miedo a los cambios. Nosotros en Barcelona, nuestro territorio, está concebido como un continuo urbano. Y al final todo eso ayuda. ¿Qué quiero decir? Yo creo que los miedos iniciales son normales y lógicos, pero después la experiencia del día a día da la razón a los que han decidido unificarlo.»

¿Ninguno de los municipios que ha cedido competencias se ha arrepentido después?

«Yo hace unos 40 años que estoy en la AMB y no he visto nunca ninguna discrepancia en este sentido. Al contrario. Nunca he tenido la sensación de que los taxistas estuvieran enfadados por eso. Y no hay marcha atrás. Los taxis son metropolitanos o no son. Ellos están contentos y querrían hacerlo mayor»

¿Ampliar en más municipios?

«Sí. Un ejemplo es Montmeló, donde hay mucho trabajo en el circuito cuando se organizan grandes premios. Ellos querrían cargar, ahora sólo pueden dejar. Cuanto más territorio, pueden trabajar mejor. Al final se trata de poder ofrecer el mejor servicio a los ciudadanos»

¿En este sentido, un taxi metropolitano como da respuesta a los problemas?

«La prestación de los servicios mejora en el tiempo de espera, en las tarifas... La unificación siempre hace que puedas prestarlos de la mejor forma a los habitantes de aquel territorio».

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