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In-FCTA aviva «el ritual y el espíritu de colectividad de ir al cine» que inspiró el certamen

La novena edición del festival cinematográfico acaba este sábado celebrante un «crecimiento sostenible»

El responsable del cine de Bot, Josep Mulero, muestra el interior de uno de los proyectores antiguos del equipamiento cultural.

El responsable del cine de Bot, Josep Mulero, muestra el interior de uno de los proyectores antiguos del equipamiento cultural.ACN

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La proyección una noche al fresco del clásico 'Cinema Paradiso' es la semilla de uno de los acontecimientos culturales más importantes actualmente en la Terra Alta, el festival cinematográfico In-FCTA. El certamen aviva y recupera por unos días el ritual y la colectividad que el cine ha ido perdiendo en el actual era digital. 

En Bot, la pasión y perseverancia de Josep Mulet permite tener pases todo el año, pero cada vez con menos público. Mulet vibra estos días de poder conversar con actores y personajes de un colectivo que conoce como nadie. In-FCTA acaba el sábado después de intensos días de talleres y proyecciones que cada año atraen a más gente, un crecimiento sostenible de un festival que llegará el año que viene al décimo aniversario con las ilusiones intactas.

Cuando hace nueve años se enteró que se haría un festival de cine en Bot, le pareció fantástico. «Mejor de cine que de otra cosa, esto que es muy mío» ríe Josep Mulet, «el cinero» de Bot. El codirector de In-FCTA, el actor Ivan Massagué, lo acompaña a la entrada del cine municipal y recuerda como la iniciativa del certamen surgió en una de las proyecciones estivales a la fresca que promovía Mulet, justamente durante uno pase de la declaración de amor a la cinematografía que es la película Cine Paradiso.

A pesar de que la celebración del festival en Bot no tiene un impacto durante el año con más cinéfilos a la sala, estos días el pueblo y la comarca recuperan «la ceremonia de ir al cine», que se está perdiendo, como reconoce Massagué. «Es una evidencia que antes había colas en todas partes y ahora, con proyectores y teles, todo el mundo tiene el cine a casa», ha apuntado el actor y codirector de In-FCTA. «Quién quiera recuperar el hecho de ir al cine todavía tiene la oportunidad en este pueblo tan pequeño con 'un cinero' -que hace sesenta años que se dedica-» reivindica Massagué.

Crecimiento sostenible

En esta novena edición el festival de cine de la Terra Alta no ha tocado techo. A pesar de que «ha llovido mucho» desde la primera edición, la codirectora Úrsula Agut reconoce que están satisfechos con el crecimiento constante del certamen, que tiene más tráfico de visitantes cada año y también más proyecciones internacionales a concurso. «Intentamos que sea un crecimiento sostenido porque al final este espacio, que es precioso y singulariza el Festival de Cine en la Terra Alta, nos permite una proximidad que quizás en otro espacio no sería posible», ha defendido la codirectora.

In-FCTA «hace equilibrios por no morir de éxito» y se trabaja para que el crecimiento sea, como el entorno, «sostenible». Este año, por ejemplo, se calcula que la asistencia ha crecido en unos dos centenares de personas desde la inauguración y en cada una de las actividades programadas. Llegar a los diez años, «celebrarlos» y fijar el certamen «con calidad», es el siguiente reto, después de un edición este año, que ha tenido de mucho eco y éxito.

Experiencia Colectivo Cultura

Este viernes llegará a In-FCTA el bus de la red de Festivales de las Tierras del Ebro y el Colectivo Cultura. Esta iniciativa permite visitar en transporte público todos los festivales ebrenses y disfrutar de una experiencia personalizada y única. En Bot, se ha preparado una bienvenida con el director del festival Ivan Massagué, una cata de vinos y un encuentro con parte del jurado del concurso de cortometrajes y otros invitados al festival.

Reconocimiento internacional

Las propuestas cinematográficas que llegan al concurso de cortometrajes de In-FCTA hacen que sea un certamen internacional de alto nivel. Hay propuestas de Canadá, de Irán, de Puerto Rico o los Estados Unidos, entre otros, y se han proyectado films premiados en los Feroz, los Goya, los Gaudí o a Canes. El privilegio de poder disfrutar de estas proyecciones en Bot es reconocido por el público, con asistentes «muy infectas» atraídos también por «la mirada feminista, queer, y abierta» del festival.

El jurado este año está formado por Sergi López, Catalina Sopelana, Tomàs del Estal y Sílvia Abascal. Este viernes está prevista la deliberación de los cuatro para escoger los cortometrajes premiados de esta novena edición, que podrán volver a ver en gran pantalla este viernes al atardecer. La gala de conclusión y la entrega de premios es el sábado por la noche.

«Hay mucho nivel y todavía tenemos dudas», ha reconocido Sopelana. «Personalmente, me fijo mucho en la historia que se quiere contar, porque en el formato corto es maravilloso y un reto condensar en un tiempo muy concreto. Aquí es donde muchas veces está la dificultad», ha añadido Del Estal.

Los dos actores han destacado «la familiaridad» del festival In-FCTA y el impacto que se llevan de Bot y la Terra Alta, «la toscana catalana». «Creo que todos los que estamos al festival nos gusta hablar de cine, de interpretación y películas y su pequeño formato hace que sea más divertido», ha dicho la actriz madrileña. «Podemos aprender mucho y aportar mucho», ha añadido. «Que esté todo más concentrado y ver la gente del pueblo hablar de cine durante días es una maravilla y un aprendizaje para nosotros», ha destacado Del Estal.

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