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Victoria de las dos caras del Nàstic (1-2)

El conjunto de Parralo pasó de un juego brillante y veloz al primer tiempo que recordó buenas épocas a cerrarse detrás y sufrir de lo lindo para cerrar el partido a la segunda

Mángel Prendes durante el duelo contra el Sevilla Atlético.

Mángel Prendes durante el duelo contra el Sevilla Atlético.Sevilla Atlético

Arnau Montreal Quesada
Tarragona

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El Nàstic de las dos caras volvió a aparecer. La conjunta grana alcanzó una victoria importantísima contra el Sevilla Atlético en un duelo de dos versiones. Los tarraconenses pasaron de una primera parte brillante que recordó épocas pasadas, con velocidad, proactividad y goles, a un segundo tiempo de sufrir para cerrar el partido y ser sometido. Sea como sea, los de Parralo alcanzaron un triunfo que impulsa en el equipo.

Cristóbal Parralo hizo volver a Jaume Jardí a los orígenes. Sin Álex Jiménez, El 10 del Nàstic volvió a la mediapunta con la novedad de Juanda Fuentes en el carril derecho. El único otro movimiento fue la entrada de Camus por el lesionado Santos. El resto, todo nastiquer se lo sabe de memoria.

El duelo empezó con un aviso del Sevilla Atlético. Raihani probó un tiro desde la frontal que David Alba desvió en córner. Nada más que malas noticias llegaron en los 10 primero minutos, porque Óscar Sanz notó unas molestias y el capitán grana se marchó lesionado para dar entrada a Mángel Prendes.

Casualmente, a partir de este momento, el Nàstic arrancó y no paró de coger velocidad en ningún momento. La conjunta grana mostró todo aquello que Parralo prometió. Fue rápido, fue proactivo y presionó y, de hecho, gracias a estos esfuerzos llegó el primer gol.

Marc Montalvo creyó. El de Riudoms no dudó la salida de la pelota del Sevilla Atlético y ganó con facilidad el duelo. Montalvo vio la carrera de Camus y le cedió la pelota. Este, al primer toque, envió un centro muy bombeado que cayó suavemente al segundo palo. Allí, Marcos Baselga peinó con la cabeza para alcanzar la jugada y, de palo en palo, Pau Martínez se alzó para marcar el gol con un golpe de hacia placer. Muy fácil y muy bonito, tres pases para completar una jugada exquisita que ponía la ventaja.

El 0-1 no hizo más que dar más gasolina al equipo grana. Jaume Jardí orquestaba desde el medio y Pau Martínez y Juanda Fuentes brillaban. El Nàstic se transformó en aquel equipo vertical que, en tres pasadas llegaba a puerta para generar una ocasión de gol. Se parecía al Nàstic de Dani Vidal del curso pasado.

Dani Rebollo también participaba. El portero transformó un paro en un contraataque de libro con un pase en profundidad. Pau Martínez y Juanda Fuentes salieron disparados como balas. Martínez cedió para el colombiano y este remató, pero la pelota fue a córner.

El partido cogió más velocidad. Sevilla y Nàstic se intercambiaban las jugadas rápidas, corriendo de un campo a otro. Quien fue más incisivo fue el equipo grana. Primero lo probó a través de un chute cruzado de Marcos Baselga y, después, llegó el segundo.

Pasada filtrada por la izquierda. Juanda Fuentes activó el motor y superó en velocidad su marca y, a centímetros que la pelota se marchara por la línea de fondo, la cogió para centrarla en el área. Allí estaba Marc Montalvo, reconvertido de killer, que marcó el 0-2 a placer.

Con esta ventaja se marchó el Nàstic al descanso y con la sensación que se había visto a lo mejor de la temporada: incisivo, presionando y con herramientas para controlar el partido en todos los aspectos.

Todo eso se fue diluyendo a la segunda mitad. Les molestias físicas castigaban en el Nàstic, en este caso haciendo entrar a Enric Pujol por un tocado David Alba. Unas pequeñas chispas de este equipo incisivo se mostraron con remates de Juanda Fuentes i Camus al inicio del segundo tiempo, pero poca cosa más.

El Sevilla Atlético se rearmó con tres cambios y el partido cambió. Lo avisó primer Ibra que, en uno mano a mano, obligó en San Dani Rebollo a aparecer ante sus fieles una vez más. La versión más oscura del equipo llegó y, en gran parte, fue con los cambios.

Parralo apostó por resguardarse y sacó sus balas, Pau Martínez i Juanda Fuentes, para dar entrada a Álvaro García y Fernando Torres. El mensaje quedaba claro: defenderse a pesar del equipo perdió la personalidad del primer tiempo.

El Nàstic dio el guante a la Sevilla y el filial andaluz, lo aceptó. Si a un filial le das tiempo y espacio para pensar, lo que pasa es que toca sufrir. Empezaba a crecer el filial con la pelota y el Nàstic sacaba agua a la desesperada.

La Sevilla llegaba y llegaba, hasta que llegó el error. Un centro inocente en el área lo provoca todo. Morgado falló el rechazo fácil y Álex Costa cazó la pelota para sorprender a Dani Rebollo. Con el 1-2 en el marcador, lo que tocaba era sufrir, sufrir y sufrir. Siguió sacando agua el Nàstic mientras que, con cierto pánico, veía cómo el árbitro revisaba no uno, sino dos penaltis. El último fue a la última jugada del partido.

Por suerte, ni el uno ni el otro lo eran y el Nàstic pudo celebrar una victoria importantísima, pero con un regusto amargo porque mostró dos caras bien diferenciadas.

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