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El Nàstic se reencuentra con la victoria en casa (1-0)

El gol de Jaume Jardí fue suficiente para ganar los tres puntos contra el Fuenlabrada en un partido gris

Los jugadores del Nàstic celebrando la victoria.Nàstic

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El Nàstic rompió la dinámica de tres partidos sin ganar con una victoria gris contra el Fuenlabrada. Jaume Jardí cumplía años, pero fue él el encargado de dar los regalos porque su golazo a la primera mitad fue más que suficiente para sumar unos tres puntos más que necesarios. Los grana no se encontraron cómodos ni en el planteamiento inicial ni con los cambios en la segunda parte. Finalmente, acabaron renunciando a la iniciativa y se concentraron en defender para guardar los tres puntos. En este tramo de temporada, lo más importante es sumar de tres y eso es en lo que se centró el Nàstic para ganar en un partido en el cual el buen juego brilló por su ausencia.

Dani Vidal dio un giro tal al once inicial. Por primera vez esta temporada, Pablo Fernández se quedó en el banquillo. También se quedaron fuera de Mula y Escudero. El técnico optó por la velocidad de Alan Godoy en punta, acompañado de Jaume Jardí y Marc Fernández. En medio del campo, Vidal apostó por un trivoto con Gorostidi, Borja Martínez y Marc Montalvo para intentar controlar el ritmo del partido.

El Nàstic empezó con el pie en el acelerador. La presión de Godoy y de Gorostidi en los primeros minutos era eficaz y provocó más de un error en la salida de pelota rival. De hecho, el Nàstic sacó provecho de esta intensidad inicial, porque tuvo una primera acción en una falta lateral. Después de unos primeros minutos condicionados con una buena entrada al duelo, los de Dani Vidal se fueron apagando. El Fuenlabrada empezaba a ejecutar su trabajo y se tiraban en el suelo en cualquier acción de contacto. El partido se trabó, el juego estaba parado cada dos jugadas y el Nàstic lo sufrió.

Los grana no sacaron su mejor versión. El juego era errático, porque no conseguían elaborar un juego asociativo y las pilotadas no conectaban sin Pablo Fernández para bajarlas. Con todo, los grana funcionaban a ráfagas por los lados y, de esta manera, tuvieron las primeras ocasiones.

La primera clara vino de un córner. La centrada de Borja Martínez en el córner izquierdo del gol de montaña fue cerrada y Lama se la acabó tragando y enviarla al fondo de la red. Era gol, pero el árbitro lo anuló por una falta sobre el portero inexistente. Belmán tropezó con Alba y cayó, pero Fernández Vidal precisó que era falta.

El Nàstic seguía incómodo. El esquema inicial no había funcionado, pero conseguía sacar frutos de contraataque. Marc Fernández era la calma en la precipitación grana y, acompañado de Jaume Jardí, acercaba la pelota al área rival. Ayer era el cumpleaños de Jaume Jardí, pero fue él el encargado de dar los regalos. El reusense, a unos metros del vértice del área, preparó una centrada que se envenenó. El esférico pasó por encima de todo el mundo por acabar botando en el área pequeña sin que nadie la tocara. Él mismo, acabó chocando con el palo y entró para poner el 1-0 ante la estupefacción del portero y defensores del Fuenlabrada. De hecho, también cogió por sorpresa a Jaume Jardín que, después de un segundo de duda, lo celebró con euforia con sus compañeros.

Este gol lo cambiaba todo porque solucionaba, en gran parte, el partido trabado que estaba planteando el Fuenlabrada. El 1-0 obligó a los madrileños a dar un paso adelante y no se encogieron. Antes del descanso, ejecutaron una centrada lateral. El esférico se paseó por el área pequeña, pero, por suerte, nadie la tocó.

En la reanudación, Vidal se arrepintió de los cambios al once y rectificó poniendo sobre el césped a Pablo y Andy Escudero. Poco después, también entró Mula para dar velocidad a un partido que se estaba enfangando. Ninguno de estos cambios, sin embargo, afectó a la dinámica del partido. Con el paso de los minutos, el Nàstic se fue oscureciendo, renunció a llevar la iniciativa y se concentró al mantener el barco flotante en el océano. El Fuenlabrada dominó el esférico y se encontró un Nàstic cerrado y trabajador, que no paraba de sacar agua como podía.

Los grana renunciaron al ataque y Vidal formó un sistema de seis defensas para seguir aguantando. El Fuenlabrada tuvo una última a través de Benítez, pero Varo apareció para volar y evitar el empate. El Nàstic saca tres puntos de un partido gris, pero suficientes para mantenerse vivo en la lucha por el ascenso.

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