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El pueblo de Tarragona que esconde el mayor arrecife artificial del Mediterráneo

Se trata de la mayor estructura subacuática destinada a la preservación de la biodiversidad marina

Las diferentes formas geométricas permiten que multitud de especies encuentren refugio, zonas de cría y alimentación.

Las diferentes formas geométricas permiten que multitud de especies encuentren refugio, zonas de cría y alimentación.@elbiotop

Daniel Cabezas Ramírez

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Torredembarra, en la provincia de Tarragona, alberga un proyecto pionero en conservación marina: el Biòtop. Se trata de un arrecife artificial de grandes dimensiones situado a kilómetro y medio de la costa, creado con el objetivo de recuperar la biodiversidad submarina y proteger el entorno litoral de la erosión. Finalizado en 2023, ha sido considerado el primer biotopo de estas características en el Mediterráneo.

La estructura, de forma piramidal, está formada por más de 40.000 toneladas de bloques de carbonato cálcico de piedra natural especialmente diseñados para favorecer la vida marítima. Su base se encuentra a 34 metros de profundidad y alcanza una altura de 22 metros. Les diferentes formas geométricas permiten que multitud de especies encuentren refugio, zonas de cría y alimentación.

El Biòtop muestra resultados visibles: alberga meros, pulpos, sepias, nudibranquios y corales, entre otras especies. También se ha convertido en un punto de avistamiento frecuente de peces luna e incluso delfines. Además, es utilizado por submarinistas y centros de buceo como una ruta de exploración, lo que une la vertiente medioambiental con la turística.

Este proyecto fue promovido y ejecutado por la empresa Biotòp Antina SL y sus cofundadores Oriol Milà Arévalo y Miquel Rota Freixedas. Se trata de un ejemplo de colaboración entre ciencia, empresa y compromiso ambiental, con una visión clara: restaurar el equilibrio ecológico del litoral y devolver al mar parte de lo que ha perdido por la acción humana.

El Biòtop de Torredembarra es una infraestructura singular, con un modelo replicable en otras zonas del Mediterráneo afectadas por la pérdida de hábitats marinos.

Más allá de su función ecológica, el proyecto ha despertado interés en sectores científicos y académicos como espacio de estudio. En dos años, se ha consolidado como referente en conservación marina, innovación ecológica y turismo sostenible, posicionando Torredembarra como un ejemplo, en la protección del medio marino en Europa.

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