Transporte
«Este sistema va contra la vida»: una falsa alarma química reabre el debate sobre el paso de mercancías
La parada de un tren de mercancías con gas refrigerante desata la indignación vecinal por la falta de información y el riesgo del paso de material inflamable junto a viviendas

Imagen del tren afectado a la estación de Torredembarra.
Momentos de tensión e incertidumbre sacudieron ayer por la noche a los vecinos de la zona próxima a la estación de tren de Torredembarra, a raíz del paro de un tren de mercancías con un posible escape de gas. Aunque finalmente se descartó cualquier peligro, el episodio puso en evidencia una grave falta de información y una desatención que agrava una situación que ya denuncian hace años.
«Nadie nos avisó de nada. Nos dimos cuenta yendo a la playa porque veíamos los servicios de emergencia y escuchábamos sirenas», explica con indignación Jaume Estévez, vecino de la zona afectada. Él y su familia decidieron abandonar su casa por precaución al detectar el paro del convoy y escuchar rumores de un posible escape. Explicó que ninguna autoridad se dirigió a ellos, que tuvieron que informarse ellos mismos y avisaron a los vecinos para que, cada uno, tomara la decisión de que creyera oportuna.
El tren, que transportaba difluoroetano —un gas refrigerante—, quedó parado hacia las 20.30 h después de que un ruido sospechoso activara las alarmas. Durante más de una hora, el miedo a un escape químico paralizó la circulación ferroviaria entre Tarragona y Sant Vicenç de Calders, afectando a las líneas R14, R15, R16 y R17. Bomberos, Mossos y Policía Local activaron un protocolo de emergencia mientras se valoraba la situación. Finalmente, la revisión determinó que se trataba de un problema mecánico relacionado con los frenos y no de un escape, permitiendo desactivar la prealerta TRANSCAT y recuperar el servicio cabe a las 22 h.
A pesar del desenlace sin consecuencias, la inquietud entre el vecindario no se ha desvanecido. Estévez denuncia que vivir tan cerca de las vías es un riesgo constante: «Somos conscientes de que puede generar problemas y los ruidos nos afectan cada día». De hecho, explica que han instalado dobles cristaleras en su domicilio, ya que se han llegado a medir hasta 103 decibelios durante el paso de trenes, cuándo el límite legal es de 65 de día y 55 de noche, eso sí, esta medida se ha hecho con instrumentos no homologados y podría tener alguna desviación.
Estévez denuncia que el Ministerio de Transportes ignora las necesidades y los riesgos que el transporte de mercancías comporta para los vecinos de Torredembarra y de los municipios próximos. Según él, hace falta una revisión profunda del modelo logístico actual: «Este sistema atenta contra la vida, la salud y el patrimonio del territorio», afirma. Por eso, defiende que es urgente sacar el tráfico de mercancías de los núcleos urbanos de la costa y apostar por un modelo adaptado a la orografía del territorio, con inversiones que realmente beneficien la ciudadanía y protejan el entorno, en lugar de perjudicarlo. Además, recuerda que ya en el 2021 el Ministerio se comprometió a hacer un estudio de viabilidad para reubicar estas rutas, pero no se ha llegado a presentar nunca.
Estévez denuncia también el aumento del volumen de mercancías peligrosas que pasan por Torredembarra: «Cada día pasan trenes con productos tóxicos junto a casas y playas. Un accidente aquí sería devastador.» comenta.
Finalmente, Estévez critica el estado obsoleto de la infraestructura ferroviaria: «Las vías son de 1865 y hace 20 años era más rápido llegar a Barcelona que hoy», lamenta de un sistema que està muy atrasado. Sin embargo, valora positivamente que muchos ayuntamientos, independientemente del partido que los gobierna, den apoyo a las reivindicaciones vecinales y admitan la necesidad urgente de cambios profundos. Por eso, reclama las inversiones necesarias para transformar al modelo actual: reducir los riesgos para la salud y el bienestar de los vecinos, descongestionar el transporte de mercancías por carretera e impulsar un nuevo sistema logístico más seguro, eficiente y adaptado en el territorio.
Estévez concluye defendiendo que trasladar el transporte de mercancías a vías segregadas por el interior cumpliría con los requisitos de la Unión Europea y, al mismo tiempo, permitiría desarrollar un servicio de transporte de pasajeros más digno, eficiente y beneficioso para todo el mundo.