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Religión

El abad de Poblet alerta de un futuro «muy negro» por el auge de la extrema derecha y critica el trato en los migrantes

Barruè defiende el «diálogo» de la Iglesia con la ultraderecha, pero cree que no se «juntará»

Rafel Barruè, abate del Monasterio de Poblet, hablante durante la entrevista hecha por la ACN

Rafel Barruè, abate del Monasterio de Poblet, hablante durante la entrevista hecha por la ACN

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El abad de Poblet, Rafel Barruè, avisa de que ve un futuro «muy negro» ante el auge de la extrema derecha en Europa y a escala mundial. Alerta que nos encontremos en una situación parecida a ahora hace cien años, cuando Mussolini llegó al poder en Italia. En una entrevista a la ACN cuando hace un año que fue escogido por el nuevo cargo, el responsable del Monasterio de Poblet critica el trato que reciben las personas migrantes al llegar a Europa, tratándolas como «delincuentes». «Es inhumano», exclama. Barruè cree que la Iglesia no se juntará con los partidos de ultraderecha, pero defiende tener «diálogo». El religioso insiste en que «no hay ningún partido que tenga valores auténticamente cristianos».

El abad vaticina un futuro «muy negro» ante el auge de la extrema derecha. Asegura que «no acaba de entender la causa» del incremento de los movimientos reaccionarios. «La historia siempre hace fluctuaciones, alza y baja. ¿Ahora estamos a hace un centenar de años cuando subió Mussolini al poder»?, comenta. ¿«Eso como puede ser»?, se pregunta. «No lo acabo de entender», añade.

Barruè carga contra la idea impulsada por los partidos de extrema derecha que «no hay trabajo porque hay inmigrantes». Pide que la sociedad se ponga en la «piel» de los migrantes que vienen desde el continente africano. «Vienen a jugarse la vida, a vivir o a morir», remarca. «El problema es que Europa no ayuda en esos países, les han sacado todas las materias primas y cuando se han acabado, les han dejado», sentencia.

El máximo responsable del Monasterio de Poblet va más allá y critica las políticas de internamiento de inmigrantes. «No puede ser que cierres a los inmigrantes como si fueran presos o hubieran hecho un mal», valora Barruè. «Es inhumano que una persona que llega en patera, medio ahogado, lo metas en un campo de concentración como si fuera de un delincuente», describe.

El abad explica que durante este año ha recibido representantes de los grupos políticos del PSC, Junts, ERC y PPC. También pidió una visita al líder de Vox en Cataluña, Ignacio Garriga, pero la tuvo que suspender por motivos de salud. Barruè cree que la Iglesia se tiene «que entender» con todos los partidos políticos, e incluso tener un papel de «mediación». Ahora bien, cree que «no se tiene que juntar con los partidos de extrema derecha». De hecho, afirma que «no hay ningún partido que tenga valores auténticamente cristianos».

Desde el monasterio reivindican que la Iglesia se encuentra en una etapa «de apertura de pensamiento y de diálogo». Barruè defiende que también hay que establecer este «diálogo» con la extrema derecha. «Se tendrá que dialogar con todos, pero no sé como», confesa.

Relevo en el Vaticano

En otro orden, lamenta que los partidos de extrema derecha «difamen» contra el papa a Francesc. Sobre el relevo en el Vaticano, el abad apunta que el próximo pontífice será «continuista, como el papa Francisco». «Puede ser que no sea tan progresista, pero no será una cosa totalmente diferente», prevé. Barruè recuerda que el actual papa ha nombrado muchos nuevos cardenales que, cuando llegue el momento, votarán al nuevo dirigente de la Iglesia católica cristiana. Como ejemplo pone al arzobispo de Madrid, José Cobo, y el de Barcelona, Joan Josep Omella. «Conservadores no tienen nada», afirma. «Son personas normales», añade.

En este sentido, el abad lamenta que hay personas de la jerarquía eclesiástica, obispos, que «se piensan que ya no tocan tierra, están flotando». «Te están escuchando como si no te estuvieran escuchando», señala. «El papa Francisco sabe que es persona y habla con el otro como una persona», asevera.

Un año como abad

Rafel Barruè fue escogido ahora hace un año como abad de Poblet, después de que su predecesor, Octavi Vilà, fuera nombrado obispo de Gerona. Entró en el monasterio en 1999, cuando tenía 33 años. Durante el mandato de Vilà, Barruè ya fue el prior de la comunidad. Explica que tiene una línea «continuista», pero que «no tiene prisa para hacer las cosas». Ahora, dedica los esfuerzos a impulsar nuevas vocaciones jóvenes ante la situación «crítica» en que se encuentra la comunidad. Tal como adelantó la ACN, actualmente hay diecisiete monjes, cuatro de los cuales se encuentran en enfermería. En 25 años, el número de religiosos se ha reducido a la mitad.

Este año, se ha iniciado el programa We Work para despertar vocaciones entre la juventud, se ha recuperado la Fundación Poblet para gestionar el ámbito cultural del monasterio y se ha creado una comisión bilateral con la Generalitat para adecuar las instalaciones del edificio.

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