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El nombre de niña que triunfó en Tarragona y ahora desaparece del top 10: tiene cuatro letras
El nombre que lideraba la lista hace apenas cuatro años, ya no figura entre los diez favoritos de la provincia

Emma, a pesar de su descenso, sigue siendo un nombre con reconocimiento histórico en Tarragona.
Emma, uno de los nombres femeninos más populares en Tarragona durante la última década, ha registrado un descenso notable en 2024, desapareciendo del top 10 provincial según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Tras años de presencia destacada en el ranking, este retroceso marca el fin de un ciclo de éxito sostenido.
El nombre irrumpió por primera vez en el top 10 en 2014 en la décima posición con 49 nacimientos y rápidamente escaló hasta ocupar puestos privilegiados: en 2015 alcanzó la octava posición con 54 niñas, y en 2017 llegó al tercer puesto con 62 nacimientos. El año 2021 fue su cúspide, liderando el ranking provincial con 52 niñas registradas.
A partir de 2022, la tendencia cambió de manera significativa. Emma cayó a la séptima posición con 38 nacimientos, seguido de un leve repunte en 2023 hasta la quinta posición con 39 niñas. Sin embargo, en 2024 el nombre no aparece entre los diez más elegidos, marcando su salida del top 10 por primera vez desde 2014.
Este retroceso refleja una combinación de factores: cambios en las preferencias de nombres femeninos, la aparición de nuevas tendencias locales y la natural variabilidad en la elección de nombres a lo largo de los años. Nombres como Gala, Ona o Mia han captado la atención de los padres, desplazando a opciones que dominaron la década anterior.
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Daniel Cabezas Ramírez
Emma, a pesar de su descenso, sigue siendo un nombre con reconocimiento histórico en Tarragona. Su trayectoria demuestra que la popularidad de un nombre puede ser cíclica y que incluso los nombres más consolidados pueden perder fuerza frente a nuevas tendencias.
La caída de Emma pone de relieve la volatilidad del gusto onomástico en la provincia. Mientras algunos nombres emergen y crecen, otros retroceden, mostrando cómo los patrones de elección de nombres reflejan cambios culturales, sociales y demográficos.