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Adolescencia Libre de Móviles reclama un pacto social para retrasar el acceso al primer smartphone

El movimiento se ha constituido como asociación para tener más fuerza en sus acciones

Momentos de la presentación de Adolescencia Libre de MóvilesCedida

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El movimiento Adolescencia Libre de Móviles que nació hace medio año en el barrio del Poblenou de Barcelona se ha constituido oficialmente como entidad para tener más fuerza en sus reclamaciones, entre las cuales destaca la demanda de un pacto social por retrasar el acceso de los adolescentes al primer 'smartphone'.

Esta edad sería de, como mínimo, los 16 años según las recomendaciones de expertos. La asociación nació de la desazón de un grupo de familias y poco a poco se ha extendido por Cataluña.

Este domingo ha llevado a cabo un primer encuentro para celebrar la constitución como asociación y poner en común experiencias. Los impulsores defienden escuelas e institutos libres de móviles y por eso aseguran que estarán atentos a las normativas impulsadas.

Uno de los portavoces de la organización, Xavier Casanovas, ha explicado que el hecho de convertirse en asociación les permitirá estar más organizados a escala territorial e impulsar acciones de manera coordinada.

Los objetivos pero son los mismos que cuando surgió el movimiento: un pacto social para retrasar el acceso al primer móvil. En segundo lugar pero explican que harán «seguimiento» de las directrices que han dictado desde el Departamento de Educación sobre los móviles en la escuela.

En este sentido, Casanovas se muestra optimista y convencido de que el próximo curso «habrá menos móviles en niños y adolescentes». Sin embargo, desde el movimiento lamentan que las directrices son generales con respecto a secundaria y serán los centros los que tendrán que acabar decidiendo.

Además, ha afirmado que queda camino para recorrer y que donde también se tendría que regular está en el ámbito de las grandes empresas tecnológicas relacionadas tanto con la tecnología de los teléfonos como de las redes sociales. «Pedimos una regulación más fuerte», ha dicho.

Casanovas ha dicho que estarán también a la espera de qué propuestas puedan salir del grupo de expertos constituido a escala estatal. Ha añadido pero que lo que está claro es que «hay que poner algún tipo de límite».

Marina Fernàndez, también portavoz, ha añadido que su apuesta es la del «principio de precaución», de manera tal que los adolescentes no tengan su primer smartphone «hasta que los beneficios no superen los riesgos».

Fernàndez ha explicado que no hay una edad concreta para tener este primer terminal pero sí ha apuntado que los expertos recomiendan que no sea antes de los 16 años, ya que es cuando los adolescentes empiezan a tener las habilidades psicológicas necesarias para entender qué tienen en sus manos.

Les familias pasan en la acción

La asociación hizo hace unos meses una encuesta entre 23.000 familias que puso de manifiesto que el 85% querían este pacto social. Además, un 60% de familias de primaria querría retrasar el primer móvil a los 16 años como mínimo pero la realidad es que más del 80% lo acababan dado a los 12 años o menos. Esta diferencia se explicaría por la «presión» sobre las familias.

Durante la jornada varias voces han hablado de esta presión. Lali Pujol Valls ha explicado a la ACN pero que también pueden retroceder pasos. En su caso dieron el móvil a su hija de 15 años y después pensaron que lo habían hecho demasiado rápido y por eso decidieron restringirle el acceso.

Ahora no lo lleva ni a la escuela ni a las actividades extraescolares y también tiene horarios restringidos en casa. Eso pero va acompañado también de una tarea de ejemplificación por parte de los padres, que también intentan no hacer un uso tan intensivo de los móviles.

Pujol forma parte de un movimiento de familias que surgió en el Masnou también con la preocupación por el hecho de que socialmente está extendido dar el primer móvil en el paso de primaria a secundaria.

Laura Oliva tuvo claro que no lo querían hacer y, de manera informal, fue una de las impulsoras de un grupo de familias que pensaban igual. «Cuando empiezas a hablar te das cuenta de que no estás solo», ha manifestado.

En su municipio han hecho difusión de campañas por ejemplo en contra de que se regalen móviles por Navidad, así como charlas y encuentros para compartir experiencias.

Oliva ha celebrado que poco a poco hay un entorno más favorable a retrasar este acceso a los smartphones y se cuestiona más el papel de las tecnológicas.

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