Diari Més

Sociedad

Una década compartiendo la Catedral de Tarragona

Una cincuentena de personas descubrieron ayer los secretos del templo tarraconense durante la décima edición de la actividad ‘Los abuelos enseñan la Catedral a los nietos’

El recorrido exploró el interior y exterior de la Catedral, así como su claustro

El recorrido exploró el interior y exterior de la Catedral, así como su claustroTjerk van der Meulen

Marta Omella
Publicado por
Tarragona

Creado:

Actualizado:

Gigantes enterrados bajo las losas, leyendas esculpidas sobre las piedras, juegos escondidos entre las baldosas del claustro... Ayer la Catedral de Tarragona revelaba sus secretos a los niños y niñas que, un año más, la visitaban con sus abuelos y abuelas. La iniciativa, organizada por los Amigos de la Catedral, celebraba ayer su décimo aniversario con más de una cincuentena de participantes.

Una fotografía instantánea daba paso al inicio de la visita y pequeños y grandes se agrupaban en torno a Coloma Bartra y la Joana Virgili para escuchar la primera curiosidad de la jornada. El recorrido empezaba delante de la lápida de Francisco Plaza, un «gigante» enterrado al claustro el año 1641. «¿Como los del séquito?», preguntaba un niño. El soldado, explicaban las guías, medía ni más ni menos que 12 palmos de altura.

La siguiente parada era un tablero desconocido para los chiquillos de hoy día, pero mucho querido por los monaguillos que lo utilizaban para contar atrás durante juegos de pillar. Acto seguido, llegaba el momento de subir la mirada para intentar encontrar las ratas esculpidas en una de las columnas. Los animalillos de piedra explican varias historias dependiendo a quién preguntes, pero en todas las versiones protagonizan un final trágico provocado por un gato astuto que finge su muerte y se zampa los roedores cuando menos se lo esperan.

Imagen de la visita de los abuelos con los nietos a la Catedral de Tarragona

Imagen de la visita de los abuelos con los nietos a la Catedral de TarragonaTjerk van der Meulen

Dados, ruletas, rompecabezas... La mañana pasó volando mientras los juegos destapaban los diferentes secretos del templo tarraconense, que dejaban los jóvenes boquiabiertos mientras los abuelos observaban con ternura. «Es la primera vez que venimos y nos ha encantado. Repetiremos sin duda», aseguraba Rosa Mari Andreu, que acompañaba a la Soraya y Kevin. María José Dutú, en cambio, repetía la experiencia con Carlos y Pablo. «Hace un par de años que venimos, nos lo pasamos muy bien», decía.

La jornada acababa con un gran pastel de cumpleaños y la oportunidad de hacer cagar el Tió una vez más. «Ha sido muy bonito, diez años se celebran con muy a gusto», explicaba Virgilio, que forma parte de la organización desde el inicio. «Lo que más nos gusta es que se marchen satisfechos y con nuevos conocimientos de esta gran joya que tenemos. Es una actividad muy gratificante», afirmaba.

tracking