Lotería
Tarragona se prepara para el Gordo mientras reparte los últimos décimos del año
La ciudad espera el sorteo de Navidad con la esperanza de que el gran premio caiga en casa por primera vez

Cola delante de una administración de lotería.
A pesar de ser una de las pocas capitales de provincia donde el Gordo de la Lotería de Navidad no ha caído nunca, Tarragona no pierde la esperanza. Sólo hace falta ver las colas ante las administraciones de la ciudad, donde se reparten los últimos décimos del año antes de que llegue el gran día. Los primeros, explican a los vendedores, se vendieron al verano.
«El boom empieza en julio, sobre todo por parte de las empresas, pero evidentemente los meses más fuertes son noviembre y diciembre», apunta Anna Estévez, de la administración número 12, a la avenida de Ramón y Cajal. «Cada año hay alguien que nos viene a comprar un décimo el día del sorteo, cuando ya está en marcha», recuerda mientras ríe.
«Aquí los números que más nos piden son los sietes y los ochos. También es popular el del barrio, que es el 3184 y hace días que lo hemos agotado,» detalla. «La gente es muy supersticiosa. Tenemos muchos clientes que buscan el número trece, por ejemplo. También triunfa mucho en 1886, el año de fundación del Nàstic, o el 43, que es ‘el de la casa’ y también gusta mucho», comenta Anabel Martínez desde la administración número 9, en la calle López Peláez.
Hace diez años que trabaja en este establecimiento y, como muchos compañeros de profesión, «ha visto de todo». «Nos llegan personas que nos piden ciertos números porque lo han soñado, han tenido una revelación», comenta Borja Vizcarro, que trabaja a la administración número 18, ubicada en la avenida de Roma.
«Es una campaña bastante especial, porque es la única lotería que juega todo el mundo, incluso gente que durante el resto del año no compra nunca,» dice. Es el caso de Carlos Sánchez, que este año, asegura, compra el décimo «por obligación». «Yo no cojo nunca. No me gustan las loterías, ni las apuestas, ni los juegos de azar, pero cada año le toca a un hermano y este año es mi turno», explica. Él no tiene supersticiones, ni tampoco mucha esperanza, pero como muchos otros, sí que ha pensado en qué se gastaría el dinero. «Lo típico, pagaría la hipoteca, haría un viaje con mis hijos... Un crucero, quizás», reflexiona.
Para otros, en cambio, la Lotería de Navidad es una tradición preciada, igual que montar el árbol o intercambiar regalos. «Siempre lo compraba mi madre, que nos dejó hace dos años, así que ahora es responsabilidad mía», explica Javier Rodrigo, que ya acumula 25 décimos, comprados por todo el país. A pesar de los años de experiencia, todavía no ha tenido suerte.
«Algún año cayeron unos 100 euros, quizás, poca cosa más. Recordaré toda la vida el año que tocó el Gordo en Reus, porque tuve el número en frente», relata. Para él, la selección de los números es más un homenaje que una superstición. «Me gusta jugar con la edad con que murió mi madre o su fecha de nacimiento», apunta. «Claro está que es poco probable, pero se participa por ilusión. También para formar parte de la experiencia. Al final estamos todos pendientes del sorteo, aunque se haga pesado», añade.
¿Estadística o destino?
A diferencia de Javier, María José Cantos deposita toda su esperanza en un único décimo. «Si me tiene que tocar me tocará y si no, no. Eso no cambiará, independientemente de cuáles o cuántos números compres», asegura. Una filosofía que sigue desde hace años, y que no piensa cambiar. «Es una tontería, no perderé más dinero», insiste. Tampoco fantasea sobre cómo gastaría el dinero. ¿«Ya lo pensaré si me toca, por qué hacerme ilusiones?» pregunta.
¿Por qué Tarragona todavía no ha podido celebrar el Gordo? En realidad esta no es la única ciudad esperando el gran premio. Capitales como Ávila y Melilla comparten la misma suerte. «La respuesta es simple. Aquí se venden menos décimos que en otros sitios, entonces tenemos menos probabilidades», opina Estévez. «Pero yo creo que de este año no pasa», añade la vendedora.
¿Cuánto gastan los tarraconenses en Lotería de Navidad?
Uno de cada tres tarraconenses invertiría parte del premio en una vivienda para alquilarlo
Un 91,4% de los participantes pagarían deudas, mientras que un 76,5% ahorraría el dinero. Un 63,4% compraría una vivienda o mejoraría el suyo, y un 33,9% invertiría en vivienda para el alquiler. En el ámbito personal y profesional, un 47,1% reduciría su jornada laboral o dejaría temporalmente el trabajo, mientras que un 38% aprovecharía el premio para emprender o formarse con el objetivo de cambiar de profesión. Además, un 13,9% se tomaría un año sabático, mostrando una predisposición más alta al cambio vital que en otras provincias