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Sonia Orts: «La ciudad está limpia. Los críticos no tienen una preocupación real, sino personal»

La consellera de Neteja del Ayuntamiento de Tarragona explica como se ha vivido la entrada de Urbaser como concesionaria del contrato de recogida de residuos y expone las mejoras previstas en el servicio

La consellera Sonia Orts en la rambla Vella

La consellera Sonia Orts en la rambla VellaGerard Marti Roig

Oriol Castro
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El nuevo contrato de la limpieza y recogida de basura, que parecía que no iba a llegar nunca, hace dos semanas que está en marcha. Unos 14 días de los próximos 10 años en los que Urbaser se hará cargo de lavar la cara a la ciudad y satisfacer a los tarraconenses, hartos de meses de suciedad. El nuevo servicio tiene un coste anual de 20,2 millones de euros, además de 26,6 millones en inversiones. Llegará a más zonas, durante más tiempo y con más equipos. La premisa es buena, habrá que ver el resultado final.

¿Qué nota le pondría a Urbaser de momento?

«Creo que aún es pronto. El momento para hacerlo será en enero, cuando hayan pasado tres meses. Ahora bien, estamos satisfechos con cómo está la ciudad».

¿Por qué en enero?

«En enero ya tendremos todos los vehículos pequeños, máquinas de agua, etc. Será un primer salto cualitativo. Después, de cara a junio, haremos otro porque dispondremos de todos los vehículos grandes. Esto no significa que no los tengamos antes».

Entonces, la valoración en este inicio es positiva.

«La ciudad está ahora como debe estar: limpia. Pero con este nuevo contrato buscamos ese margen de mejora. Ahora das una vuelta por la ciudad y el incivismo se nota más, aunque haya menos. ¿Por qué? Porque hay una recogida continua y servicios de urgencia. Los inspectores están continuamente en la calle. El pasado fin de semana no había apenas voluminosos en la calle. Esto hacía mucho tiempo que no se veía. Y ahora ya lo normalizaremos, como debe ser».

¿Cómo vivió el traspaso entre las empresas? Se produjo con mucha basura en las calles, entiendo que no era la situación deseada.

«Es evidente que la ciudad ya no venía de estar limpia. La gran queja y demanda en Tarragona siempre ha sido la limpieza. Había una continuidad del servicio con el cual costó mucho al Departamento del Ayuntamiento y a los mismos trabajadores llegar a los mínimos. También es cierto que los últimos días de FCC se salió de madre. Nos supo muy mal porque nos hubiera gustado que la nueva empresa empezara con una situación normal y no teniendo que hacer un plan de choque. Fueron cuatro o cinco días en los que no se recogió. Me lo dijeron después diferentes trabajadores particularmente. A mí me dio vergüenza ver cómo estaba la ciudad. Debo agradecer a los trabajadores que se volcaron para solucionarlo».

Sanciones a FCC

Por esta situación sancionaron a FCC. No era la primera vez, ¿será ya la última?

«Sí. Ya no tenemos relación con ellos. Estamos cerrando el pago de las últimas facturas. Con todas las multas se deja un plazo de alegaciones, que nosotros responderemos si se interponen y entonces si es el caso se descuentan».

El intercambio de maquinaria se hizo en el último momento.

«No lo podíamos hacer de otra manera. Hasta que no firmamos con Fomento y nos dieron la maquinaria, Urbaser no podía sacarla a la calle. Nos podrían haber denunciado».

¿Considera que el nuevo contrato ha sido y es el gran tema de la legislatura?

«Creo que de nuestro mandato sí. Nada más empezar, la prioridad de este gobierno fue sacar a licitación el contrato y adjudicarlo. Y así se hizo. Era la necesidad máxima que tenía la ciudad porque estamos hablando de un tema de salubridad. El anterior gobierno no supo hacerlo, quedó desierto dos veces. Cada uno tiene sus formas de hacer».

Las elecciones municipales se acercan. ¿Sienten que, según cómo funcione el nuevo contrato, irá su resultado en los próximos comicios?

«Sinceramente, yo no pienso en ello. El trabajo en el Departamento de Limpieza se tiene que hacer, esté quien esté gobernando. Me da igual si quedan dos meses para las municipales o cuatro años. Después, la ciudadanía valorará las medidas que se están llevando a cabo, no solo con la limpieza, y decidirá. Yo no tengo presión porque lleguen las elecciones».

Batalla política

Durante el proceso de adjudicación del contrato, detenido por los tribunales, ¿entendieron las críticas de los otros grupos municipales?

«Supongo que si ellos hubieran estado en nuestro lugar habrían hecho lo mismo. Y algunos lo vieron, no todos nos dieron la espalda. Pero entiendo que políticamente convenía no dar apoyo. A veces, no tenía sentido lo que escuchabas o cómo se quería que actuáramos. La presión que mencionábamos antes con las elecciones nosotros no la sentimos, pero creo que otros políticos sí. Por eso se hacen según qué movimientos. Y cuando quede un año para la campaña todavía habrá más acciones de este tipo. Si yo viera que la ciudadanía estuviera preocupada, yo me preocuparía bastante. Pero creo que las personas que dicen que no están satisfechas no lo hacen por una preocupación real, sino por una preocupación personal».

En cuanto a las reclamaciones del sindicato respecto al nuevo convenio laboral, ¿se mantendrán al margen?

«Nosotros somos simplemente los que pagamos. No podemos intervenir. Pero creo que hay muy buen ambiente. Han vivido un período difícil y, durante el cambio de empresa, vi trabajadores llorando. Creo que la plantilla está satisfecha. Debemos estar tranquilos porque el trabajo está saliendo».

Las palomas continúan siendo una de las principales fuentes de suciedad de la ciudad. ¿El horizonte de reducir el 75% de la población de estas aves en tres años es realista?

«Sí. Entiendo que la ciudadanía está acostumbrada a escuchar promesas que después no se cumplen. Pero con este gobierno no pasa. Solucionar el problema de las palomas es un hito muy importante. Después de reunirnos con expertos, vimos lo que estaba fallando. El restaurante es el Puerto y el hotel es la ciudad, resumiéndolo. Por eso, ahora trabajamos conjuntamente. Si no tienen comida, no vendrán. Mantuvimos la última reunión en octubre y las diferentes acciones con las naves y las diferentes empresas, sobre todo las que trabajan con pienso, ya están en marcha».

¿Y en cuánto al Ayuntamiento?

«Hemos impulsado la brigada de excrementos, entre otras acciones, que está dando un resultado increíble. Tenemos un nuevo contrato, que va ligado al nuevo presupuesto, para resolver puntos críticos. Edificaciones que se están tapando con redes y también ayudas para los privados para ayudar a hacer estas acciones. También hay otro problema de suciedad en la ciudad: las cacas de perros. Aquí ya estamos hablando de incivismo. Habrá un nuevo procedimiento para disminuirlas».

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