Medio Ambiente
Los medidores para el estudio de la calidad del aire en Tarragona se instalarán el primer trimestre del 2026
La UPC recogerá muestras de los elementos contaminantes durante 24 meses y hará informes parciales

Imagen de archivo de una de las estaciones de medición de la calidad del aire instaladas por la Generalitat de Catalunya.
La Universitat Politècnica de Catalunya (UPC) y el Ayuntamiento de Tarragona están estudiando dónde ubicar los equipos de medidores para la elaboración del estudio municipal de la calidad del aire. El consejero de Medio Ambiente, Guillermo García, explica que se repartirán hasta siete equipos por la ciudad, los cuales se prevé que se instalen «durante el primer trimestre del 2026».
El pasado 1 de noviembre, la UPC empezó a redactar un informe previo de los compuestos orgánicos volátiles (COV) que pueden estar presentes en el entorno industrial de Tarragona, clasificados por su peligrosidad y contaminación olfativa. Este documento se está haciendo a partir de los análisis realizados por otras administraciones y entidades en los últimos años. «Entre otros, hemos pedido en el Puerto que nos pasen los datos de las que disponen», apunta a García.
Durante esta frase preliminar, también se acabará de decidir dónde se ubicarán los nuevos puntos de medición. El quinto teniente de alcalde indica que hay dos principales condicionantes a la hora de definir los emplazamientos: «Hace falta que los equipos estén conectados al corriente eléctrico y se encuentren en un espacio de fácil acceso porque los expertos tienen que visitar frecuentemente la máquina». En este sentido, el consistorio ha facilitado un mapa con los equipamientos municipales de la ciudad «para que puedan ir descartando los que no sean adecuados».
La idea es que se coloquen en las zonas de la ciudad más próximas a los complejos industriales, como pueden ser los barrios de Ponent o los de la zona Nord, aunque también habrá en el centro. Por ejemplo, la Generalitat de Catalunya cuenta con estaciones en Bonavista, Sant Salvador, el parque de la Ciudad y el Complejo Educativo de Tarragona. El consejero García calcula que los dispositivos estarán instalados en primavera y, entre en marzo y en abril, se iniciará la recogida de muestras.
El estudio tendrá que determinar la calidad del aire en la ciudad, con la identificación cualitativa y cuantitativa de hasta 72 COV tanto en medias como en episodios de corta duración. El periodo de muestreo será de 24 meses, que se dividirán en dos periodos de 12. Al cabo de seis meses, la UPC tendrá que entregar un primer informe parcial. Cuando pase un año, tendrá que presentar otro que incluya también posibles cambios de ubicaciones o mejoras en la calidad o la ejecución de los trabajos. Una vez finalizado el segundo año de toma de muestras, se elaborará un documento final con conclusiones que se presentarán en público.
Responsabilidad del Govern
El Ayuntamiento encargó la elaboración de este estudio a la Universidad Politécnica de Cataluña, que se impuso a la Universidad Rovira Virgili, el pasado mes de mayo. La adjudicación, por 533.234,90 euros (IVA incluido), llegó después de que el Ayuntamiento suspendiera, en mayo del 2024, la tramitación del procedimiento de licitación y solicitara, seis meses después, una prórroga de esta moratoria. El gobierno municipal esperaba que la Generalitat incluyera en su presupuesto para el 2025 una partida para elaborar un estudio de la calidad del aire que incluyera también los municipios de los alrededores.
«Esperamos que la Generalitat asuma esta responsabilidad», señala García, quien sigue creyendo que los resultados de una investigación a nivel municipal no son lo bastante representativos ni fiables. «Nos permitirá saber cuál es la realidad, pero no podremos sacar grandes conclusiones ni saber cuál es el emisor de los contaminantes», indica. Sin embargo, cree que es «importante» hacerlo, dado que es «una demanda de la misma ciudadanía» y será «una medida de presión» para que las administraciones tomen medidas.