Judicial
El ICAT hace 1.167 asistencias en Tarragona y llama a erradicar las violencias hacia las mujeres
Los abogados señalan que aumentan las violencias digitales y las ejercidas entre menores de edad

Les presidentas de la Comisión de Igualdad del ICAT, Jennifer Macía y Begoña Cajaraville, y el decano del ICAT, David Rocamora.
El Ilustre Colegio de la Abogacía de Tarragona (ICAT) ha hecho 1.167 asistencias en el turno víctimas entre en enero y en septiembre de 2025. De estas, 618 se han atendido en Tarragona, 436 en el Vendrell y 113 en Valls. Se trata de una «leve» disminución, de un 1,2%, respecto al mismo periodo del año pasado.
Las presidentas de la Comisión de Igualdad del ICAT, Jennifer Macía y Begoña Cajaraville, han dicho que la violencia física -delito de lesiones y maltrato de obra- y la psíquica- amenazas y coacciones- son las más comunes. También han crecido las violencias digitales y las ejercidas entre menores en los últimos dos años. En el marco del 25-N, hacen un llamamiento a erradicar las violencias hacia las mujeres y exigen más recursos pedagógicos para los jóvenes.
El ICAT ha presentado este lunes los datos sobre la violencia contra las mujeres en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia hacia las Mujeres. En detalle, el turno específico de VIDO ha hecho 1.167 asistencias en sedes policiales y judiciales desde principios de año hasta septiembre. El partido judicial del Vendrell es el que ha experimentado un incremento más relevante de asistencias con 436. El año pasado, se cifraron en 410. En el caso de Tarragona y Valls, estas fueron de 638 y 134, respectivamente, hace un año.
La presidenta de la Comisión de Igualdad, Jennifer Macía, ha aseverado que es importantísimo el filtro de perspectiva de enero en los procesos judiciales y ha remarcado que desde el turno de oficio identifican el tipo de violencia. A modo de ejemplo, Cajaraville ha explicado una sentencia de las Palmas de Gran Canaria, la cual ha condenado un hombre por matar su perro con el objetivo de hacerle daño a su pareja. Este caso se ha considerado violencia vicaria a, banda, de ser maltrato animal.
«La jueza asume este caso desde una perspectiva de género, el instrumento para hacer daño a la mujer pasa para hacerle daño al animal, esto es importantísimo en el ámbito judicial», ha asegurado Macía, puesto que de estos tipos de resoluciones pueden salir otras medidas, como órdenes de alejamiento y la prohibición de comunicación del agresor hacia la víctima. «Esto es un ejemplo clarísimo de violencia vicaria, pasa por la perspectiva de género y lo puede condenar por un delito; donde la víctima también sale beneficiada con una pena accesoria», ha añadido.
Por su parte, el decano del ICAT, David Rocamora, ha indicado que cada vez hay más sensibilidad, que permite ampliar el marco de identificación de supuestos de violencia vicaria. Ante esto, afirma que hay que afrontar «nuevos retos» y «exigir más trabajo, más profundidad y ampliar la cobertura» en la cuestión de las violencias hacia las mujeres porque, sostiene, «estamos descubriendo lamentablemente que esta violencia admite diferentes formas y contenidos».
Violencias físicas y psicológicas
Según Macía, la tipología más común que atienen los letrados del turno de oficio – con más de 400 abogados- es la violencia física y psicológica. «La instrumentalización de los hijos es muy común en procedimientos de familia, es un tipo de violencia vicaria, quizás más leve, pero lo es», ha dicho. Así mismo, Cajaraville ha aseverado que las mujeres jóvenes denuncian más que las de más edad porque estas tienen más «dificultad» al denunciar por el hecho. Apunta que muchas han «normalizado» el maltrato. A la vez, del ICAT han destacado la violencia económica como otro tipo de violencia, a través del control económico o de no pagar la manutención.
En paralelo, las presidentas de la comisión de Igualdad han indicado que tienen la percepción que se han incrementado las violencias ejercidas entre menores de edad, así como las violencias digitales. Para Macía la clave es «batallar» desde la base con más recursos pedagógicos que eduquen los niños y jóvenes. Según Macía, la facilidad de acceso a información a través de las redes sociales e internet, así como el incremento del consumo de pornografía entre los menores son factores de «riesgo» vinculados al aumento de las violencias machistas.
«También el aumento de ciertas tendencias negacionistas y antifeministas que suben a redes sociales, como pueden ser discursos de odio relacionados con discursos de la extrema derecha, que se hacen tendencia en ciertos contextos de redes como TikToks, esto desgraciadamente avanza a una velocidad tan estratosférica que es muy difícil controlar desde una vertiente jurídica o desde una vertiente de la «legislación», ha lamentado. Por eso, considera que es esencial concienciar los niños y la juventud con más recursos pedagógicos, puesto que se ha encontrado con menores que «banalizan» las violencias sexuales.