Diari Més
Enric Garcia Jardí

Periodista y autor del libro ‘El maqui que encara lluita’

Entrevista

Enric Garcia Jardí: «Maquis como Joan no buscan reabrir las heridas, sino limpiarlas»

El periodista tarraconense presenta su nuevo libro 'El maqui que encara lluita’ (Ara Llibres) este miércoles, 19 de noviembre, a las 19 h en la librería El Soterrani de Tarragona

Enric Garcia Jardí aquest dimarts a Tarragona

Enric Garcia Jardí aquest dimarts a TarragonaGerard Marti Roig

Cristina Serret
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¿Quién es Joan Busquets Verges, protagonista de tu libro?

«Joan Busquets Verges es un hombre de 97 años que ha pasado por 20 años y 6 días de prisión, coincidiendo con sus años de juventud, y que ha sido condenado a muerte. Todo, para luchar contra el régimen de Franco a la manera que, en aquellos años, lo hacían algunos anarquistas como él: emboscándose y haciéndose magulle. Es alguien con una vida legendaria y que ahora tiene una vida muy tranquila a Normandía, pero que sigue teniendo en la cabeza clara. Y que todavía se acuerda de sus compañeros y quiere defender su memoria».

¿Cómo te llega su historia y por qué consideras que tiene interés?

«Me llega a través de colegas del oficio. A finales del 2023 veo que Joan baja a Barcelona y lo entrevistan al Regió 7 y en La directa. Eran entrevistas mucho chulas, pero tuve la sensación que el personaje daba más de sí. Y, como estoy un poco chalado, lo telefoneé y, sin conocernos de nada, le pregunté qué le parecería si iba a Normandía a conocerlo».

¿A qué persona te encuentras, allí?

«Me encuentro a alguien que no acaba de entender por qué hemos subido a conocerlo, yo y Fran Richart, que me acompaña en el primer viaje. No esconde un cierto recelo, una prudencia seguramente muy sabia, porque el legado de los maquis sigue siendo polémico para un sector de la población que revisa la historia según sus intereses ideológicos. Pero también me encuentro a una persona espontánea que, aunque desconfía un poco, se abre enseguida y acabamos haciendo mucha vida juntos, tanto en el primer viaje como en el segundo, que hago sol, y me estoy todo un mes.

Es una persona muy generosa, que nos cocina, nos cuida, y me da unos golpecitos en el hombro por mis problemas sentimentales, cuando él ha pasado por una condena de muerte. Pienso que, en realidad, el libro trata sobre la lealtad. Joan es una persona leal a quien él fue en su momento, a sus compañeros, e incluso a su mujer, cuando esta sufre Alzheimer».

Explicas que, para ti, el valor de su testimonio no es que quizás sea el último maqui vivo, sino que es un maqui que todavía lucha. ¿Cuál es esta lucha?

«Él defiende que los maquis sean reconocidos como víctimas del franquismo. Eso, la última Ley de Memoria Democrática ya lo incorpora, pero él, con mucha razón, dice: Mis 20 años y 6 días de prisión y mi condena de muerte no fueron simbólicos.

Reclama una compensación económica que quiere destinar a continuar su lucha y en qué, cuando él ya no sea ni quede ningún maqui, haya un Museo de los maquis. Joan afirma que no se trata de reabrir las heridas, sino de limpiarlas».

Te explica que, cuando murió Franco, él no brindó. ¿Eso qué nos dice sobre encima su relación con la memoria del régimen y la transición?

«Él viene de una familia ideológica que es el anarquismo y que no participa del pacto de la Transición. Seguramente, en el contexto histórico, tiene sentido para una mayoría social, pero hay un sector que no se acaba de creer aquel pacto. Cincuenta años después las generaciones ya son mucho más críticas con aquella transición que parecía más bien una transacción, un pasarse el poder entre las mismas personas que después nos han dificultado terminar.

Les generaciones que venían de la guerra, que seguramente tenían más miedo, quizás dijeron Mira, pactamos y vamos hacia adelante. Evidentemente, fue un ir hacia adelante, pero ahora también hemos visto que la España democrática, sobre todo a partir del 81, que creo que es el año que se publica el videoclip de Thriller, sigue siendo un poco Thriller también, con los neofranquistas rondando».

¿Crees que todavía hay huecos en la historia de los maquis?

«Antes de la muerte de Franco sí que hay un silencio bastante generalizado, por miedo a represalias, pero después se ha hecho trabajo. Lo que pasa es que muchas veces se transita entre la historia y la leyenda, y eso se tiene que tener presente. Yo, al menos, he contado.

Sé que esta biografía tiene dos salsas, para decirlo a la manera del Señor Boada: la salsa del biografiado y la del biografista. Además, estamos hablando de hechos que pasaron hace muchos años. Yo he intentado acuñar todo el que he podido consultando el Consejo de Guerra y otras fuentes de personajes con quién Joan no coincidió, y no siempre he escogido su versión.

En definitiva, pienso que sí que ha habido un trabajo historiográfico, pero que ahora lo que hace falta es hacer divulgación para que no pase como me pasó a mí cuando dije de que iba a Normandía a entrevistar un maqui, y alguien entendió que iba a un restaurante japonés».

El maquis, en el contexto de guerra y posguerra, mataron personas, ya fueran enemigos, colaboradores o en situaciones ambiguas. ¿Cómo has gestionado narrativamente esta dimensión moralmente compleja?

«Si nos miramos esta cuestión con los ojos del presentismo es un tema delicado, porque en los últimos 25 años asociamos el hecho de que alguien coja las armas con el terrorismo. Pero aquel contexto histórico era muy violento. Joan dice Yo soy anarquista y mi ideal no es restablecer la república del 36, pero es el que la gente votó.

Y en un contexto en que están matando a tus compañeros, la violencia es una respuesta. ¿Quién soy yo, que no he vivido en aquella época, para decir que no es una respuesta legítima? He querido hacerle estas preguntas y él me ha dado sus respuestas, que no sé si nos las tenemos que creer o no. En todo caso, Joan no se arrepiente. Al contrario, dice que se arrepentiría de no haber hecho nada contra la dictadura».

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