Sociedad
Preocupación por el asentamiento de personas sin hogar en la calle Pare Palau de Tarragona
La problemática genera malestar entre los ciudadanos, que tildan la situación «de insalubre»

Imagen de las pertinences de las personas sin hogar que duermen en la calle Pare Palau
Ya hace más de una semana que un asentamiento de personas sin techo se ha instalado en la calle Pare Palau, cerca de la esquina de la Rambla Nova. Se trata de al menos dos individuos que pasan las noches en un lateral de la vía, donde durante el día permanecen colocadas sus pertenencias.
El volumen de estos objetos, que ocupan gran parte del espacio, llama la atención a los vecinos de la zona y las personas que frecuentan la calle, que tildan la situación de «insalubre».
«Eso es una vergüenza, tienen un dúplex aquí montado y nadie hace nada», comentaba Josep Vidal, que minutos antes había llamado a la Guardia Urbana para alertarlos de la situación.
Con el móvil, hacía fotos en el colchón y la silla de ruedas que ocupan el lado izquierdo de la acera, sobre la cual también se encuentran varias mantas y casi una decena de bolsas con alimentos, botellas, y ropa entre otros. En el otro lado, sobre un banco, hay también una sábana.
«Nunca había visto una cosa así, menos al lado de un espacio tan importante como la Rambla Nova, pero parece que en Tarragona está normalizado. Muchos pasan por el lado y ni se lo miran», lanza Vidal, originario de Tortosa.
Ramon López, en cambio, no pudo evitar dirigir la mirada hacia el asentamiento, a pesar de haberlo visto en varias ocasiones. «La verdad es que yo también iba a llamar a la Urbana», confesaba.
«Tristemente, es una problemática que se repite en otras zonas de la ciudad. Soy voluntario a varias entidades y he visto la situación de cerca. Creo que se tendría que hacer un mayor esfuerzo por proteger a estas personas, pero también al resto de ciudadanía. Es comprensible que alguien no quiera eso en su portal», comentaba.
«Más que nada es una cuestión de salubridad e higiene pública», concordaba Manuel Sosa. «Es una situación que no tendría que normalizarse. No se puede permitir que una persona viva durante días en un banco público», afirmaba.
«A mí me da lástima. Yo no los culpo a ellos, porque no conozco su pasado ni su situación, pero creo que se tendría que ayudar más. Y si lo rechazan, insistir un poco más», decía Maricarmen Ortiz, visitante almeriense.
Desde el Ayuntamiento aseguran que esta ayuda se ofrece repetidamente. La Guardia Urbana y Servicios Sociales, explican, hacen un seguimiento periódico de estas personas, con tres salidas conjuntas semanales.
De hecho, el viernes pasado se habría hablado con estos individuos para ofrecerles alojamiento. Sin embargo, señalan, «la mayoría rechazan los recursos». Así, sólo se puede intervenir si cometen alguna infracción. Según el último recuento, 84 personas duermen actualmente en la calle en Tarragona.