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Unos presupuestos de Tarragona sin mucho margen de maniobra

La declaración de Elvira Vidal como tránsfuga complica la aritmética para el gobierno, que puede buscar el «sí» o la abstención de los exVox o ERC

La consejera|consellera Montse Adan y el alcalde, Rubén Viñuales, durante una sesión plenaria.

La consejera|consellera Montse Adan y el alcalde, Rubén Viñuales, durante una sesión plenaria.Gerard Marti Roig

John Bugarin
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Las elecciones municipales del 2023 dejaron una aritmética compleja en Tarragona. En este segundo ecuador de mandato, el escenario todavía es más complicado para el gobierno de Rubén Viñuales, que busca la aprobación de los presupuestos del 2026 sin mucho margen de maniobra. Hace un año, el ejecutivo sacó adelante las cuentas con el «sí» de Junts per Catalunya y En Comú Podem, una fórmula que, ahora, no serviría. Y es que JxCat ha pasado de tener tres a dos consejeros, después de la salida de Elvira Vidal, la cual ha sido declarada tránsfuga. Por lo tanto, la suma entre PSC, ECP y la formación soberanista ya no permite llegar a los 14 votos necesarios para tener mayoría.

No obstante, el gobierno sigue considerándolos como socios prioritarios y trabaja para llegar a un acuerdo presupuestario con los dos partidos. Al mismo tiempo, los socialistas buscan un tercer apoyo que les permita aprobar las nuevas cuentas. La consejera Elvira Vidal se presentaba como una de las opciones para completar la ecuación, pero su condición de tránsfuga podría entorpecer las negociaciones del ejecutivo con algunos grupos de la oposición. Especialmente, con el portavoz de ECP, Jordi Collado, que se niega a formar parte de ningún acuerdo que se sostenga en ediles tránsfugas. Para la formación morada, se trata de una «línea roja».

De hecho, este fue el motivo por el cual votaron en contra de la moción presentada por Vidal, en el pleno del viernes, para pedir que Caridad Barraquer sea declarada Hija Adoptiva de Tarragona. También se opuso Junts per Catalunya. Su portavoz, Jordi Sendra, pidió a los grupos que firmaron el Pacto Antitransfuguismo que no votaran a favor. La tensa relación entre la formación soberanista y su exconsejera podría acabar influyendo en las negociaciones por el presupuesto. Sin embargo, los juntaires aseguran estar «centrados en nuestras propuestas».

A pesar de eso, el alcalde, Rubén Viñuales, mantiene la puerta abierta a negociar con Vidal, ya que «mantiene sus derechos como consejera». De momento, sin embargo, no parece la opción más viable. Todo apunta que el Partido Popular volverá a tener un papel testimonial, como Vox. ERC también está más cerca del «no» que del «sí», pero el gobierno no descarta llegar a un acuerdo con los republicanos. Y es que una abstención del principal partido de la oposición facilitaría mucho las cosas a los socialistas, que podrían aprobar las cuentas por mayoría simple. Esquerra, sin embargo, reclama el cumplimiento de los acuerdos presupuestarios del 2024 para empezar a hablar de las cuentas del 2026.

Con esta situación, los dos exconsejeros de Vox, Javier Gómez y Jaime Duque, son la alternativa más factible. De hecho, ya han sido decisivos en otras votaciones, como en el de la adjudicación del contrato de la basura a Urbaser el pasado verano, que se sacó adelante con sus votos y los de JxCat. Además, no estarían las mismas reticencias por parte de ECP, como en el caso de un acuerdo con Elvira Vidal. La formación morada no los pone en el mismo saco, ya que Vox no firmó el Pacto Antitransfuguismo y, por lo tanto, los consideran no adscritos. Así pues, se podría dar una ecuación —PSC, Juntos, ECP y exVox— que ya permitió la aprobación de uno modificativo de crédito en junio. Sólo con la abstención de Gómez y Duque, el gobierno ya tendría bastante para poder tener mayoría simple.

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