Medio Ambiente
La Escuela de Natura Francolí medida la calidad del aire en tiempo real
La Universitat Rovira i Virgili, en colaboración con Mare Terra Fundació Mediterrània, ha instalado un sensor que detecta valores de 1,3-butadieno, benceno y etilbenceno

Los visitantes de la Escola de Natura Francolí podrán conocer de primera mano como funciona un medidor de calidad del aire.
La Universitat Rovira i Virgili (URV) ha decidido dar un paso más en sus estudios para conocer la calidad del aire de Tarragona. Gracias a la colaboración con la Mare Terra Fundació Mediterrània, el grupo de investigación de Cromatografía y Aplicaciones Medioambientales (CROMA) de la Facultad de Química ha podido instalar un nuevo sensor en la Escola de Natura Francolí. A diferencia de otros puntos de medición, en este caso, se ha apostado por un sistema de control más avanzado que hace muestras más detalladas de los niveles de contaminación.
El catedrático de Química Analítica de la URV Francesc Borrull, que se encarga de la dirección técnica junto con la doctora Laura Vallecillos, explica que el método que se acostumbra a utilizar son los «muestreadores pasivos». En las poblaciones más próximas a los polígonos petroquímicos, se colocan tubos de carbón activo que «se dejan allí durante dos semanas y después se tienen que recoger para analizarlos en el laboratorio».
En cambio, en la Escola de Natura Francolí se ha apostado también para implementar equipos en línea conectados directamente con un ordenador, a que permiten «saber valores en tiempo real». Concretamente, se registran datos cada 15 o 30 minutos —dependiendo del compuesto—, que se envían directamente al laboratorio. Estos dispositivos recogen «valores de inmisión mucho más fiables» con respecto a los muestreadores pasivos, que se centran más en los niveles de emisión.
La URV ha asumido íntegramente el coste de este equipamiento, que ronda los 40.000 euros: «Es más caro que los tubos, que valen 10 euros y se pueden utilizar 50 veces, y requiere más mantenimiento, pero da información más esmerada y exacta». El medidor se implementó a finales de agosto y durante estos últimos dos meses ya se han recogido muestras de 1,3-butadieno, benceno y etilbenceno. «Los valores que salen, sobre todo del butadieno, son muy bajos», asegura Borrull, quien apunta que «las afectaciones en la ciudad por parte de la actividad industrial son mínimas», con respecto a los núcleos más próximos a los polígonos.
El presidente de Mare Terra, Ángel Juárez, afirma que es «un orgullo» poder participar en el proyecto. «Hace 25 años que colaboramos con la URV», remarca. «Es una gran noticia para Tarragona en términos de salud y seguridad», destaca Juárez, quien señala que los estudios de la calidad del aire «tendrían que estar en manos totalmente independientes». «Aunque los datos sean reales, no tendría que ser la industria quien los hiciera, sino las universidades o los ayuntamientos», dice Juárez, quién considera que «hay que apostar por las instituciones de nuestra ciudad, como la URV». Por otra parte, destaca que las personas que visiten la Escola de Natura podrán conocer de primera mano como son y funcionan estos medidores: «Es un gran complemento en nuestra maqueta de la cuenca hídrica del Francolí y la parte de los huertos ecológicos».