Sociedad
Los vecinos de la Floresta quieren poner el nombre de Francesc Xammar a la plaza donde vivía
Enviarán la petición formal al Ayuntamiento de Tarragona esta semana

Imagen de archivo de Xammar recogiendo el título de hijo adoptivo
Francesc Xammar ha dejado una huella importante en la Floresta. Tanto es así que los vecinos quieren poner el nombre de Paco —cómo lo conocían popularmente en el barrio— en la plaza donde vivió.
De esta manera, pretenden homenajear, después de su muerte, a «una gran persona» que dedicó su vida a la lucha por los derechos humanos y llevó a cabo una gran labor social. «Ya hemos iniciado los trámites y, esta semana, haremos la petición formal en el Ayuntamiento de Tarragona», señala Miguel Cruz, presidente de la AVDA La Floresta.
«Renunció a su cómoda vida que tenía en Barcelona para venir hasta aquí y ofrecer su ayuda a la clase obrera, la gente más humilde», recuerda el representante vecinal, quién remarca que «siempre abría las puertas de su casa a los más necesitados». «No lo veíamos como un cura o un jesuita, sino como un familiar o un amigo más», explica Cruz, quién afirma que la figura de Xammar fue clave para que el barrio se acabara convirtiendo en lo que está en la actualidad.
«En los años 60, no había servicios en el extrarradio de Tarragona», explica el presidente de la asociación, quién indica que «Paco luchó por hacer llegar la primera línea telefónica en la Floresta». También hizo posible la construcción de la escuela y la urbanización de las calles y los accesos.
Además, jugó un papel primordial como líder vecinal y activista: «Lo promovió todo e impulsó reivindicaciones y manifestaciones sin miedo a nada. Él no podía aguantar las injusticias». «En sus últimos días, no dejaba de decirnos que siguiéramos luchando por el barrio», expresa Cruz.
El 10 de diciembre del 2022, se celebró un acto de homenaje a Francesc Xammar, antes de que el cura se marchara con los jesuitas a Barcelona. «Se lo honró cuando estaba vivo y, ahora, también lo queremos recordar poniendo su nombre en la plaza donde vivió toda la vida», indica al presidente de la AV La Floresta.
Esta se encuentra detrás de la escuela y da al bloque Alzina, donde residía el querido y respetado cura: «Hace un tiempo, ya le dijimos que lo haríamos y le hizo mucha ilusión». Desde la entidad, confían en que el Ayuntamiento dará luz verde a la propuesta y esperan que «se pueda hacer realidad lo antes posible».
Un referente
Xammar llegó a Tarragona en 1966 y ejerció como sacerdote en la parroquia de Sant Josep Obrer en Torreforta. Fue un hombre comprometido con toda la ciudad, pero especialmente con los barrios de Ponent. El jesuita, que murió el pasado 15 de septiembre, formó parte del primer consistorio democrático como concejal de la Candidatura por la Participación de los Vecinos entre los años 1979 y 1983.
También fue cofundador de los Comités Òscar Romero y mantuvo un estrecho vínculo con las comunidades eclesiales de base y las instituciones de la Compañía de Jesús de varios países de América central y Latinoamérica. En el 2023, el Ayuntamiento de Tarragona lo declaró hijo adoptivo de la ciudad, donde se convirtió, gracias a su trabajo y compromiso, en un auténtico referente.