Cultura
Rememorar más de dos décadas de la Enramada
La Moixiganga ha adornado el callejón de Sant Magí con elementos decorativos que ha utilizado en los últimos años para este tradicional acto

El montaje del arco de ramas de olivo, con su decoración, se hace en el suelo y después se coloca en la entrada del callejón
Flores, sandías, barcos y molinos de papel, imágenes del brazo de Santa Tecla, ramillets de espliego... Estos son algunos de los elementos que se han colocado en el arco de ramas de olivo, que desde este domingo, adorna la entrada del callejón de Sant Magí, que esconde la capillita del patrón de Tarragona.
Ayer, como cada año, los integrantes de Moixiganga se dieron cita en la plaza de las Cols para celebrar la tradicional Enramada, un acto con más de dos décadas de historia.
Bajo un sol radiante y combatiendo el calor asfixiante, grandes y pequeños preparaban la decoración de este año. «Hemos querido hacer una especie de recordatorio de todas las enramadas anteriores», explicaba Marc Redó, uno de sus miembros.
Por ejemplo, hay las mascarillas que se colocaron en el arco del 2020 en homenaje a todos los elementos del Seguici Popular que no pudieron actuar aquel año por la crisis sanitaria de la covid-19. También se pueden ver réplicas en miniatura de los cirios y los sombreros de flores que forman parte de la vestimenta de la Mojiganga, los cuales ya se colocaron el año pasado con motivo del 25.º aniversario del baile.
Para estas fiestas de Sant Magí, se ha querido hacer un «mix» con todas las propuestas que ha creado la entidad para las diferentes ediciones de la Enramada. Redondo recuerda que este acto nació «a principios del 2000» para dar continuidad a la costumbre de decorar las calles de la Parte Alta con «ramas, ramilletes y hojas de plantas aromáticas que hacían disfrutar la vista y el olfato». Antes lo hacían los vecinos y, desde hace unos años, la Moixiganga rememora la tradición.
Habitualmente, montan la decoración en el suelo, justo delante del callejón de Sant Magí. Ayer, sin embargo, había una terraza en este espacio y, por eso, se tuvieron que trasladar hasta en medio de la plaza de las Cols. Una vez enganchados todos los elementos, siete personas llevaron el arco de ramas de olivo hasta el callejón para colocarla de pie y la engancharon con cordeles a la entrada. Antes, sin embargo, algunos de los miembros de la Moixiganga se encargaron de limpiar, con mucho cuidado y respeto, la capillita del patrón de la ciudad.

El montaje del arco de ramas de olivo, con su decoración, se hace en el suelo y después se coloca en la entrada del callejón.
La ilusión y la emoción se plasmaba en las caras de todos los que habían hecho el esfuerzo de volver a adornar este lugar tan especial. También se podía ver en las sonrisas de los tarraconenses que se acercaron, así como de los turistas que, curiosos, tenían la suerte de ver este momento único de las fiestas.