Entrevista
Francesc Bobé: «No quiero dinero, quiero que nadie pase por lo que he pasado. He sufrido un agravio territorial»
Bobé sufrió un ictus isquémico en Tarragona en el 2018. Como fue de madrugada, no dispuso de una trombectomía en el Joan XXIII y fue derivado en Bellvitge. Esta situación le provocó perder la capacidad de hablar, de escribir y su trabajo.

Bové estuvo doce días en observación en el Hospital de Bellvitge.
Sufrió un ictus de madrugada en Tarragona en el 2018. ¿Cómo fue?
«Yo tuve un ictus a las tres y media de la mañana. Me medio desperté en el suelo, al lado de la cama. No sé ni cómo pasé de la cama al suelo. Ya no podía mover el lado derecho. Ni el brazo ni la pierna. Y no podía hablar. Me llevaron al Hospital Joan XXIII. Me hicieron pruebas y necesitaba la trombectomía mecánica».
¿Cómo estaba el cerebro en aquel momento?
«Mi cerebro estaba al 100% viable. Y me tuvieron que llevar al Hospital de Bellvitge. Y cuando llegué, mi cerebro estaba al 65%».
Había perdido un 35% en el trayecto.
«El ictus me afectó a la arteria media del cerebro, la más grande. Precisamente, cuando afecta a las arterias más grandes es cuando es más necesaria la trombectomía».
¿La intervención fue bien? ¿Cuántos días estuvo en observación?
«Fue bien y estuve doce días en el hospital. Me dijeron que al cabo de tres meses estaría bien. Y al cabo de tres meses era un ‘Pato Donald’. Perdí la capacidad de hablar y escribir».
¿Recibió alguna explicación por parte del Departamento?
«No. Por suerte, salí pudiendo caminar. Y ahora llevo siete años haciendo sesiones de logopeda y he podido volver a hablar. Me he gastado unos 50.000 euros».
¿No ha recibido ninguna ayuda pública?
«No. Hay muy poca cosa. Me ha costado mucho volver a hablar y escribir. Y tengo la suerte de tener una familia que lo entiende y que se lo puede permitir».
¿Ha intentado hablar con Salud?
«Sí. Y me dicen que ya hay la trombólisis. Este tratamiento ya estaba cuando yo era médico residente en el Hospital Joan XXIII, hace más de 30 años. Yo estaba en Urgencias y cuando una persona sufría un ictus le decías a la familia: ‘Lo siento, se quedará así’. Es lo que hay. A nivel de arterias grandes, es muy poco efectivo este tratamiento. Tiene muchos efectos secundarios».
Cambio de vida
Ya no pudo volver a trabajar. ¿Qué sensación le queda después de todo?
«El sentimiento no es de rabia ni de impotencia. Es de seguir luchando. En vez de pagarme una pensión porque no puedo trabajar, podría instalarse un servicio de trombectomía todos los días y a todas horas. Y hacer las cosas bien».
¿Se ha planteado denunciar a Salud por todos estos prejuicios?
«No, nunca. Yo no quiero el dinero. Quiero que nadie viva ni pase por lo que he pasado. Como médico de familia y enamorado de la sanidad pública lucho por eso. Yo he tenido suerte. Cuando los pacientes de ictus llegan a Bellvitge con el 40% o más del cerebro afectado, ya no les hacen la intervención».
¿De dónde ha sacado esta información?
«Me lo han reconocido sus profesionales. También a veces las personas mueren por el camino. En Barcelona la trombectomía está disponible las 24 horas del día los siete días del año desde hace más de diez años. Tenemos que denunciar este agravio territorial».
¿Por qué cree que Salud no pone remedio a esta situación?
«Hace muchos años, quizás 30, cuando había un infarto de corazón en Tarragona, las unidades encargadas sólo trabajaban de 08 horas de la mañana a 15 horas de la tarde. De hecho, es lo mismo que una trombectomía porque es meter un catéter en una arteria. Hasta que tuvo un infarto un farmacéutico importante aquí. Como era fuera de horario, lo tuvieron que derivar y se murió por el camino. A partir de entonces, lo hicieron. Y creo que con el ictus pasará lo mismo».
¿Hasta que no muera alguien importante o famoso no se abrirá la unidad 24/7?
«Sí. Yo no soy importante. No les afecta a los políticos. Pero tendrían que saber que siempre que vienen aquí, a inaugurar cualquier cosa, les podría pasar lo mismo. Ahora viene el verano, viene gente de todo el mundo. A quien también les puede pasar. Y han pasado todos los días de San Juan. Cuatro días. Sólo habrá funcionado 12 horas de 96».
Seguir luchando
¿Cree que quizás faltan profesionales para estas unidades?
«Dicen que sí pero no me lo creo. En Barcelona no faltan. Yo creo que si tú haces un contrato como Dios manda, pagando bien las guardias, habrá profesionales para hacer el trabajo».
¿Cuál es su mensaje a la ciudadanía tarraconense?
«Que se tiene que seguir luchando por tener el mismo trato que los otros ciudadanos catalanes. En Girona lo tienen. Siempre nos van por delante. Se trata de evitar secuelas importantes. De evitar muertes».
¿Tarragona no se organiza suficiente para reclamarlo?
«Totalmente. Sufrimos un gran agravio solo por vivir aquí. Es muy grave, pero confío en que se solucionará».