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Viñuales asegura que «Tarragona está viviendo momento dulce», pero «queda mucho por hacer»

El alcalde de Tarragona hizo balance de los primeros dos años de mandato y destacó los proyectos que se han impulsado en materia de vivienda y movilidad

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, hizo balance del ecuador de su mandato en el Auditorio de la Diputació.

El alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, hizo balance del ecuador de su mandato en el Auditorio de la Diputació.Tjerk van der Meulen

John Bugarin
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El 17 de junio del 2023, Rubén Viñuales (PSC) se hizo con la vara de alcalde en Tarragona. Ayer, dos años después, subió al escenario del Auditorio de la Diputació para hacer balance de los primeros dos años de mandato. El alcalde quiso huir del habitual formato de los monólogos cuadriculados y apostó por un acto más fresco y ameno, que permitió ciertos momentos en broma. Relajado y distendido, durante poco menos de una hora, respondió a las preguntas de tres periodistas locales —Cristina Artacho, Laura Casas y Eloi Tost-, así como las cuestiones planteadas por algunos vecinos a través de vídeos.

Por ejemplo, «¿se resolverá pronto el serial del contrato de la basura?». Viñuales aseguró que es «optimista responsable» y confía en que el Tribunal de Contratos se pronuncie pronto y dé la razón al Ayuntamiento para empezar a comprar maquinaria y tener una ciudad más limpia». Para conseguir eso, apuntaba que también es necesario combatir el incivismo así como la «plaga» de palomas.

De hecho, Núria Huguet, vecina de la Vall de l'Arrabassada, preguntaba qué se está haciendo para eliminarla. El alcalde explicó que se están tomando medidas conjuntamente con el Port de Tarragona y el objetivo es «rebajar un 75% de la población». El alcalde recordó que algunas de estas palomas vienen de Reus, unas palabras que generaron risas entre el público, donde estaba presente la alcaldesa de la ciudad vecina, Sandra Guaita.

Más de 300 personas asistieron a este acto donde Viñuales aseguró que «Tarragona está viviendo un momento dulce», aunque todavía «queda mucho por hacer». Por ejemplo, el nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal: «Será el último POUM de crecimiento, racional y proporcional en toda la ciudad, para llegar a esta Tarragona de los 200.000 habitantes».

Eso sí, sólo se crecerá en población, sino también en «servicios e infraestructuras». El alcalde destacó el futuro barrio tecnológico en el polígono Francolí como uno de los puntos más ambiciosos, que servirá para que el río pase de ser una «barrera» a un «nexo de unión».

El problema de la vivienda

Christian, un vecino de Campclar, preguntó al alcalde qué tiene previsto para facilitar el acceso a la vivienda a la gente joven, un aspecto que está muy relacionado con el POUM. Viñuales destacó los 192 habitages de alquiler social que se están construyendo en el PP-10 y recordó que Tarragona fue la primera en «coger la propuesta de la Generalitat de ofrecer solares» para hacer pisos públicos. En este sentido, apuntó que «están despertando Tarragona, que está de moda». «Nunca había habido tanta gente viviendo aquí», decía.

La movilidad también será clave a la hora de planificar la ciudad del futuro. Desde Bonavista, Juan José Abril cuestionó si el Ayuntamiento prevé mejorar las líneas de autobús de la EMT. Viñuales recordó que se acabará este mandato con 33 nuevos autobuses, que permitirán «no sólo renovar la flota, sino aumentarla».

«Cada bus ha costado lo mismo que un Ferrari», apuntaba. El alcalde reconocía que las líneas de Bonavista y Sant Salvador están «saturadas, pero se están buscando soluciones». En este sentido, el alcalde acabó el acto pidiendo a la ciudadanía «comprensión, pero sobre todo su apoyo a Tarragona».

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