Diari Més
Àngel Òdena

Barítono y director artístico

Entrevista

Àngel Òdena: «La ópera metropolitana tiene que arraigar, crecer con la gente y hacer territorio»

El barítono y director artístico tarraconense coordina la producción de ‘La Bohème’ de Puccini que se representará en el Camp de Mart los días 11 y 13 de julio, y habla del compromiso con el territorio y la implicación del talento local

El barítono tarraconense Àngel Òdena.

El barítono tarraconense Àngel Òdena.Jordi Gómez

Joan Lizano Rué
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La Bohème, de Giacomo Puccini es una de las óperas más representadas por todo el mundo, pero cada producción tiene su propia personalidad. ¿Cuál tendrá la que veremos en el Camp de Mart?

«La situaremos hacia los años cincuenta del siglo XX, con un vestuario ambientado en aquella época y un gran protagonismo del juego de luces. El Camp de Mart no es un teatro convencional, pero tiene una escenografía natural magnífica: las murallas, el entorno... ya forman parte de la obra. El escenógrafo y el director de escena lo están trabajando. Yo no he querido intervenir mucho: cada uno tiene que hacer su trabajo y tengo grandes profesionales. Estamos a punto de recibir la escenografía y de empezar los ensayos allí mismo. Como no hay infraestructura fija, hace falta llevar todo el necesario, pero hace meses que trabajamos».

¿Cuando empezasteis, los Amics de la Lírica, a montar esta producción?

«Prácticamente cuando acabamos La Traviata el año pasado. Es un proyecto que no se detiene: ya piensas qué título vendrá después, cuál puede funcionar mejor según el espacio. El Camp de Mart es grande y te pide títulos populares, de aquellos que pueden atraer público y hacer la ópera más accesible. Hay una lista de unas diez o quince óperas que funcionan muy bien por todas partes, y La Bohème es una. Queríamos una obra con capacidad de convocatoria y, además, hablé con Ainhoa Arteta, que aunque ya actúa menos a menudo, se enamoró del proyecto y quiso sumarse. Todo encajó».

El Camp de Mart es un espacio muy singular. ¿Crees que se convierte en un personaje más de la obra?

«Totalmente. Yo siempre digo que quizás no sabemos suficientemente qué tenemos. El Camp de Mart es un lugar único, donde ya se hacían festivales y óperas antes de construir el auditorio actual. Tiene una escenografía natural impresionante y una acústica excelente, gracias a la carpa y al suelo que se instaló por los Juegos del Mediterráneo. No utilizamos amplificación: todo suena natural. Además, actuar de noche, con las murallas iluminadas y las estrellas en el cielo, añade una magia especial».

¿Qué funciones tiene el director artístico en un proyecto como este?

«Somos una asociación pequeña, creada después de un Rigoletto que se hizo en Tarragona el primer año post-pandemia. Fue un éxito, pero el Ayuntamiento no quiso darle continuidad y decidimos sacarlo adelante desde fuera. Como director artístico, me toca coordinarlo todo: buscar subvenciones, hablar con patrocinadores, seleccionar el repertorio, los cantantes y los equipos artísticos, y supervisar la producción. No es mi trabajo de base, pero con la experiencia acumulada como cantante y con ganas de aprender, intento aportar todo el que puedo. Y aquello que no sé hacer, busco quién lo sepa hacer mejor».

Se habla de un montaje con unas 150 personas implicadas. ¿Cómo se coordina todo eso?

«Es complejo, pero muy ilusionante. El coro no es profesional, pero tiene mucho nivel: la mayoría tienen estudios superiores de canto y todos son del territorio. También habrá un coro infantil con alumnos del Conservatorio y de la Escuela Municipal de Música de Tarragona. Y la orquesta, los cantantes, los técnicos... todos son profesionales. La clave es hacer equilibrios: entender las necesidades de cada uno y tomar decisiones, aunque no siempre gusten a todo el mundo. El reto es que todas las personas se sientan parte del proyecto y, sobre todo, que el nivel artístico sea muy alto».

¿Y también participa la banda del Conservatorio, verdad?

«Sí, este año actuará en el segundo acto bajo la dirección del profesor Jordi Massip. Tengo que decir que tanto el Conservatorio como la Escuela de Música de Tarragona nos han ayudado muchísimo —cediendo espacios, implicándose en el proyecto y sumándose con entusiasmo—, y eso es una complicidad educativa y artística que valoro profundamente».

Hablando del nivel artístico. Viene Ainhoa Arteta a cantar la Mimí, pero a su lado también habrá talento local de muy alto nivel. ¿Cómo construís estos puentes?

«En mi caso, lo hago a partir de los contactos que he ido haciendo durante mi trayectoria. Lo que intentamos es combinar voces consagradas con artistas emergentes del territorio. Este año tenemos a Mireia Tarragó como Musetta —una artista tarraconense con una voz y una expresividad excepcionales. Es importante mezclar experiencia y nueva hornada: así es como empecé yo, y creo que hay que ofrecer estas oportunidades».

¿Crees que el proyecto se está consolidando como una cita esperada en el territorio?

«Eso es lo que querría conseguir. Como Tarraco Viva o el FITT de la Trono, creo que tenemos que construir una oferta cultural estable y con identidad propia. Hace cuatro años que hacemos ópera en julio, y la gente ya empieza a esperarlo. La ópera metropolitana tiene que arraigar, crecer con la gente y hacer territorio: tenemos el apoyo de la Diputación, pero también de empresas y personas que creen. Cuando la sociedad confía, eso coge fuerza».

También coordinas el curso de canto a Pau Vidal. ¿Cómo conecta con el proyecto de ópera?

«Queríamos que la producción no quedara como una cosa aislada, sino que tuviera un componente formativo. El curso Pau Vidal —en homenaje a un barítono canongí que hizo carrera internacional— se hace en Vila-seca y acaba con un concierto-concurso en la Canonja. Además, hemos creado la academia de orquesta: jóvenes con nivel superior participan como becarios en la producción, formando parte de la orquesta. Es una manera de abrir puertas reales a quien quiere hacer carrera».

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