Investigación
Una ingeniera de Tarragona gana un concurso de la NASA para diseñar «recicladores» lunares
María Jesús Puerta Angulo busca patrocinadores para poder participar en la segunda fase y construir el prototipo

Imagen del espacio con la Tierra de fondo.
La ingeniera de minas María Jesús Puerta Angulo, de Tarragona, ha sido una de las seis ganadoras del concurso que convocó la Nasa para seleccionar diseños de reciclaje en la Luna, con desarrollos de soluciones que contribuyan a reducir residuos no metabólicos y mejorar la sostenibilidad de las misiones lunares a largo plazo.
La Nasa convocó el año pasado el desafío Lunar Recycle, y en una primera fase ha seleccionado a seis ganadores (cinco equipos norteamericanos y sólo uno extranjero) que tendrán opciones ahora de participar en una segunda fase en que tendrán que desarrollar los prototipos propuestos.
Los ganadores de la primera fase se repartirán tres millones de dólares, aunque las bases de la convocatoria ya establecían que la dotación económica sería sólo para equipos o personas norteamericanas, pero la ingeniera de minas española María Jesús Puerta Angulo ha aceptado el reto de continuar con su proyecto, que ha bautizado como Esperanza, y ha emprendido ahora una campaña para buscar patrocinadores y avanzar en el desafío.
La agencia espacial norteamericana lanzó este desafío en el marco de sus compromisos con la exploración espacial sostenible, según consta en la convocatoria del concurso publicada en su página web, donde incide en la importancia de minimizar los residuos, incluidos los no metabólicos, así como almacenar, procesar y reutilizar los materiales reciclables en un entorno espacial que se necesite devolver «poco o nada» en la Tierra.
En la primera fase del concurso se han presentado unas 1.200 propuestas procedentes de unos 80 países, pero sólo uno de los seleccionados -la de esta ingeniera de minas de Tarragona- es de fuera de los Estados Unidos.
En declaraciones en EFE, María Jesús Puerta ha explicado que su propuesta consiste en el diseño de un gemelo digital para un sistema integral de reciclaje lunar, que transforma los residuos sólidos y regolita (el polvo lunar) en materiales reutilizables como metales plásticos, combustibles y un «hormigón lunar».
Su propuesta ha sido elaborada a partir de datos reales de las misiones del programa Apolo de la Nasa, ya que en su diseño ha utilizado información sobre la composición química y mineralógica de las muestras recogidas por los astronautas en el satélite.
«Utilicé datos públicos de la NASA con información detallada sobre el contenido en óxidos, minerales presentes, y propiedades físicas de la regolita; estos datos se integraron en un simulador propio que calcula balances de demasiado y energía, simulando procesos de separación magnética, fundición, pirólisis y mezcla con regolita», ha detallado la ingeniera.
El gemelo digital que ha desarrollado, combinando además nuevas tecnologías como la inteligencia artificial, demuestra cómo sería posible crear un sistema autosuficiente, eficiente y sostenible en la Luna, reduciendo la dependencia de suministros desde la Tierra.
Después de superar esta primera fase, la ingeniera quiere optar en la segunda y desarrollar el prototipo físico, pero al quedar fuera de la compensación económica en que sí han conseguido a los seleccionados norteamericanos trata de encontrar patrocinadores y financiadores y continuar con este reto, que afrontó inicialmente como un desafío personal y para fomentar la participación de las mujeres en las áreas STEM (acrónimo en inglés de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas).