Enogastronomia
Cierra una nueva edición de la Feria del Vino de la DO Tarragona
Nadie se quiso perder esta fiesta consolidada a pesar del calor

La plaza Corsini acogió una nueva edición de la Feria del Vino, una oportunidad para degustar y conocer los productos de la DO Tarragona.
Un calor intenso e inesperado, a partes iguales, ha golpeado la ciudad de Tarragona este fin de semana. Eso no ha supuesto un impedimento para las centenares de personas que se han acercado estos últimos tres días a la plaza Corsini para disfrutar de una nueva edición de la Feria del Vino de la DO Tarragona. Ayer, fue el último día de este popular acontecimiento, una de las citas más consolidadas en el calendario enogastronómico de la ciudad. Nadie se quiso perder esta fiesta que empezó a la hora del vermú, amenizada por el artista Luis Tello con su concierto de versiones de grandes clásicos.
Algunos, para evitar las horas punta de calor, se esperaban a la tarde para disfrutar de los mejores vinos kilómetro cero. Con la salida del carillón del Mercado Central y el tradicional Amparito Roca de las seis de la tarde, los puestos volvían a abrir sus puertas. Al principio, sólo estaban los más sedientos de vino, pero, con el paso de los minutos, cada vez se sumaba más gente. Incluso, un loro —sobre el hombro de su dueño— asistió a la fiesta. «¿Hemos bebido demasiado»?, se preguntaban entre algunos asistentes que no daban crédito a la presencia del animal. Catorce bodegas de las comarcas tarraconenses ofrecieron una variada gama de productos pensada para todos los gustos. El calor obligaba a tener cubos con hielo para mantener frescos aquellos vinos que lo requerían.
El Celler Mas del Botó, de Alforja, ha participado en la Feria del Vino «casi desde el principio». Así lo aseguraba ayer uno de sus propietarios, Josep Maria Llauradó, quien explicaba que esta cita sirve para «dar a conocer nuestro producto y reivindicar la DO Tarragona en la provincia, una denominación de origen que cumple 80 años y que todo el mundo tendría que valorar». Por otra parte, destacaba que «Tarragona es una ciudad que cuida bien este tipo de ferias». En esta edición, el Celler Mas del Botó ha apostado por ofrecer un vino de crianza y uno dulce. «No hemos traído ni blanco ni rosado, que quizás son los más apetitosos por la climatología, pero hemos tenido una muy buena respuesta con estos que son más exclusivos», explicaba Llauradó, quién agradecía la curiosidad de la gente que preguntaba por sus productos.
Muchos venían con pareja y otros, con familia. En el caso de David de la Torre, lo hacía con su amigo David Miralles. Ya se acercaron el viernes a la plaza Corsini, que estaba «llena de gente», y ayer repitieron. Los dos son más de «vino tinto, pero también nos gusta probar otros». «Ha habido que nos han sorprendido bastante, porque no son los típicos», aseguraban. Como ellos, muchos tarraconenses se tomaban una copa (o varias) para aguantar mejor una tarde de bochorno.