Entrevista
Cecilia Mangini: «La lucha por la igualdad de género también se puede vivir cantando y bailando»
La Consejera de Igualdad y Políticas Feministas del Ayuntamiento pone en valor la tarea del festival feminista Tetafest y explica los detalles de su cuarta edición, que llegará mañana al Camp de Mart

Cecilia Mangin, consejera de Igualdad, Políticas Feministas y LGTBI+.
¿Cómo llega esta cuarta edición del Tetafest?
«Creemos que es un festival consolidado, un referente no sólo a la ciudad, sino al panorama musical catalán».
Este año el cartel es especialmente potente...
«Sí, este año hemos dado un salto y contamos con dos figuras muy consagradas como cabezas de cartel: Zahara y Rosario Flores. Ambas han publicado un nuevo disco recientemente, y han recibido la propuesta con mucho entusiasmo. Además, encajaban muchísimo con la iniciativa. Hay que tener en cuenta que la selección de las artistas se hace tanto desde un criterio artístico como político. Queremos mujeres empoderadas que crean en los valores del festival, y este último año ya se han empezado a interesar a varias artistas con este perfil».
A menudo reivindicamos en las calles. ¿Por qué en este caso es importante hacerlo también desde los escenarios?
«La música y la cultura tienen un gran poder transformador, y con este festival se defiende que la lucha por la igualdad también se puede vivir cantando, bailando, y de maneras muy diversas. Además dentro de la misma industria musical también se viven muchas desigualdades, tanto en los escenarios como en los equipos técnicos y de producción. Por eso el Tetafest también quiere ser ejemplar en este sentido; apostamos por mujeres a todos los niveles de la organización, y visibilizamos estas carencias. Este año, por ejemplo, contamos con una propuesta que nos ha costado muchísimo conseguir. Se trata de una batucada feminista, formada íntegramente por mujeres. Sólo encontramos una, que saldrá a las 10 h desde la plaza Corsini hasta llegar hasta el Camp de Mart».
¿Mañana arranca la parte musical del Tetafest, pero realmente ya hace un par de meses que se vive en la ciudad, verdad?
«Exacto, este año es la segunda vez que el festival incorpora estas charlas Pre-Teta, que nacen con la voluntad de complementar la parte festiva del acontecimiento con espacios de reflexión y debate. Queremos parar, sentarnos y hablar de temas que nos atraviesan como mujeres; como la representación a la cultura, la historia escondida o la violencia sexual, que han sido los escogidos, para esta edición. La verdad es que han tenido muy buen recibimiento, sobre todo la última charla, que tuvo lugar el pasado jueves en el Palacio de Congresos con Júlia Salander y Carla Galeote. Consiguieron reunir a unas 200 personas, que no es un hito fácil, y se creó un clima fantástico. Incluso algunas mujeres se atrevieron a dar a su testimonio desde el público, fue muy especial».
¿Qué papel tienen las entidades dentro del festival?
«Las entidades son una pieza clave. El sábado por la mañana en el Camp de Mart habrá una feria con varias asociaciones feministas del territorio, así como con sindicatos y otros colectivos. Es un espacio para dar a conocer sus luchas y proyectos, donde los asistentes podrán acercarse para pedir información».
¿Por qué es necesario un espacio como el Tetafest?
«Porque todavía hoy necesitamos espacios que garanticen la seguridad, la libertad y el respeto para las mujeres. Festivales como el Tetafest no sólo visibilizan el talento femenino, sino que generan entornos donde las agresiones no tienen cabida. Además, incorporamos medidas como los puntos lila y la red NOA, que identifican espacios seguros y forman al personal implicado para evitar y saber responder a estas situaciones de violencia. También estará el servicio de canguraje del programa Temps per Cures, al final se trata, no sólo de crear un espacio seguro e inclusivo, sino también accesible».
¿Qué podemos esperar de cara a futuras ediciones?
«Queremos seguir creciendo, sobre todo de cara al quinto aniversario. Tenemos algunas ideas, pero tenemos que acabar de definirlas, todavía tenemos tiempo. Bien, tampoco mucho, porque empezamos a trabajar en el festival a en septiembre u octubre como muy tarde. Organizar un festival así requiere muchísimo esfuerzo».