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Crónica política: De entrar en el gobierno a perder a una consejera

El mes de mayo ha sido movido para el grupo municipal de Juntos por Cataluña, que acabará el mandato en la oposición y con un concejal menos

La consejera no adscrita, Elvira Vidal, y los consejeros de Junts, Jordi Sendra y Pep Manresa, en una rueda de prensa de octubre.

La consejera no adscrita, Elvira Vidal, y los consejeros de Junts, Jordi Sendra y Pep Manresa, en una rueda de prensa de octubre.Cedida

John Bugarin
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Estas últimas semanas han sido una montaña rusa para el grupo municipal de Junts per Catalunya en el Ayuntamiento de Tarragona, que ha pasado de un posible pacto de gobierno a perder a una consejera. La marcha de Elvira Vidal ha supuesto una vez dura para la formación soberanista, que fue la cuarta fuerza en las elecciones municipales del 2023, donde ganaron tres escaños. Dos años después, se encuentra sólo con dos representantes: Jordi Sendra, como portavoz, y Pep Manresa. Para aquellos comicios, Vidal no era la primera opción de los juntaires para ser la número ‘2’ de la lista. Junts quería fichar a Montse Adan para que ocupara este lugar, pero la actual consejera de Comercio, Turismo y Promoción Económica acabó decantándose por los socialistas.

Durante la campaña electoral, ya se empezó a hablar sobre un preacuerdo entre JxCat y el PSC. En aquel momento, Esquerra Republicana acusó a Jordi Sendra de cerrar un pacto con Viñuales para hacerlo alcalde «a cambio de una silla a la Diputación de Tarragona», un hecho que el candidato juntaire negó completamente y de forma reiterada. Desde entonces, los rumores sobre una posible alianza entre los socialistas y los soberanistas ha estado siempre presente. Durante el primer año de mandato, el alcalde sólo contemplaba un pacto en tres que incluyera también En Comú Podem, para poder sumar los 14 votos necesarios para tener mayoría al plenario municipal. El alcalde tanteó esta opción en varias ocasiones, sin éxito.

Ante la negativa de la formación morada a formar tándem con Junts, Viñuales empezó a sopesar un gobierno en 12 con Junts, uno de los socios prioritarios de los socialistas. En esta primera mitad de mandato, el gobierno ha encontrado a un gran aliado en el grupo municipal liderado por Sendra, que ha facilitado la aprobación de las ordenanzas fiscales y los presupuestos del 2024 y 2025. También lo ha hecho en temas cruciales para la ciudad y que no han generado consenso entre los partidos de la oposición, como la Zona de Bajas Emisiones y la adjudicación del contrato de la basura en Urbaser, la segunda clasificada del concurso. En ambos casos, el PSC pudo sacar adelante las propuestas con los tres «sí» de Junts y los dos de los consejeros no adscritos.

Varios ofrecimientos

En febrero del 2024, Junts per Catalunya ofreció una rueda de prensa para hacer balance de los primeros seis meses de mandato y, durante su intervención, el portavoz del grupo se ofreció públicamente a entrar en el equipo de gobierno. No ha sido la única vez que hicieron esta propuesta, ya que reiteraron su predisposición durante los últimos meses en diferentes entrevistas y comparecencias. Se empezaba a hablar del pacto de Sant Magí, que tenía que cerrarse en agosto, pero no llegó. Posteriormente, se rumoreava sobre el pacto de Santa Tecla, que tampoco se concretó. Parecía que había más ganas que voluntad, aunque los juntaires confiaban en poder formar parte del ejecutivo más bien que tarde porque así se habían comprometido los socialistas. El inicio del 2025 supuso un punto de inflexión, ya que la formación soberanista quería entrar en gobierno antes de llegar al ecuador del mandato.

Desde el otoño del año pasado, se habían intensificado las conversaciones entre Sendra y Viñuales. Cuando parecía que, por fin, llegarían en buen puerto, Juntos anunció, de forma inesperada, que descartaba entrar al ejecutivo municipal. Después de casi dos años ofreciéndose para ayudar al gobierno desde dentro y de haber negociado durante meses para cerrar un acuerdo, decidían quedarse a la oposición. El pasado 12 de mayo, el portavoz juntaire explicaba en rueda de prensa que tenía «carta blanca» por parte de Puigdemont y la ejecutiva nacional para llegar a un pacto con el PSC, pero también señalaba que las «discrepancias» de su partido con los socialistas en el Parlament de Catalunya han sido una razón de peso para que no se haya acabado produciendo. Una semana después de tomar esta decisión, llegaba la marcha repentina de la consejera Elvira Vidal. El edil criticaba duramente las «formas de trabajar» del portavoz del grupo municipal, a quien acusó de no tenerla en cuenta a la hora de tomar decisiones importantes.

En los últimos meses, Sendra ha hecho gala de la capacidad de incidencia de Junts con sólo tres consejeros, en comparación con otras formaciones que tienen más representación al pleno. Ahora, que son dos, habrá que ver qué papel juegan durante lo que resta de mandato, teniendo en cuenta que los votos de Vidal —como no adscrita— pueden tener un peso más importante.

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