Tarraco Viva
Camp de Mart: zona de juegos y de juerga romana
Unos dos mil niños jugaron como se hacía en Tàrraco en una gran jornada de aprendizaje en el marco del festival romano Tarraco Viva

Se repartieron más de 130 juegos romanos por todo el recinto de los jardines del Camp de Mart.
El alboroto del Camp de Mart ayer por la mañana seguro que era muy parecido a lo que se vivía en Tàrraco en el Anfiteatro o el Circo antes de un gran espectáculo. Niños de diferentes colegios bajaban de sus autobuses y no ponían un pie en la Tarragona del siglo XXI, sino en la Tàrraco del siglo I antes de Cristo. Vestidos de romanos, muchos jóvenes esperaban a los estudiantes para darles las indicaciones y prepararlos para disfrutar del Campo de Aprendizaje.
Una vez dentro del recinto, la juerga era común entre todos los niños, que corrían por los jardines para empezar uno de los más de 130 juegos romanos disponibles. Y había de todo tipo. Juegos de tiro con arco, de estrategia, de probarse trajes, maquillajes y perfumes. «¿Migue, Migue, Migue!», animaban a unos niños a un compañero suyo, que daba puñetazos a un saco que colgaba de un árbol. Al mismo tiempo, sólo unos metros más allá, se oía aclamar «¡Rey Alberto! ¡Rey Alberto!». Un rey muy joven iba sentado bien cómodo en un carro que arrastraban sus súbditos, mientras recibía las alabanzas de su pueblo. El monarca se los miraba orgulloso y daba un recorrido por todo el Camp de Mart. También había quien jugaba a muñecas y juegos donde se tenía que envolver un bebé con los tejidos y bandas de antes. O quién, con las manos atadas, participaba en el juego de los anillos y se arropaba en el césped para buscar y recoger las joyas.
En el auditorio, el griterío de los jardines llegaba al fondo y los niños se sentaban para disfrutar de un espectáculo de luchas de gladiadores. «Roma estaba en varias guerras. Y algunos soldados morían en la guerra y otros eran esclavizados», explicaba el narrador en el escenario. Los pequeños aprovechaban para desayunar en los asientos. «Al principio no se llamaban gladiadores, sino bustuaris, porque luchaban cerca de una pira a la hora de incinerar a un noble», se exponía. Los niños miraban atentos, aunque cuando de verdad disfrutaban era cuando la acción arrancaba y los diferentes gladiadores luchaban.
De generación en generación
Habéis venido a jugar, pero también a aprender. Alguno de vuestros profesores vinieron aquí como alumnos», expresó el alcalde de Tarragona, Rubén Viñuales, en el acto de inauguración del campo. Una jornada que ya tiene más de 20 años de historia y por la que han pasado muchas generaciones, que han compartido la juerga romana de Tàrraco. En esta edición, pasaron 2.000 niños y niñas. «¡Un juego más y nos marchamos!.