Limpieza
Tarragona adjudica el contrato de la limpieza a Urbaser con GBI Paprec y FCC al acecho
Se prevé que la primera y segunda clasificada del concurso presenten recurso contra la decisión acordada ayer por el pleno

Imagen de la sesión plenaria que tuvo lugar ayer en el Ayuntamiento de Tarragona.
La empresa Urbaser será el nuevo concesionario del servicio de la limpieza. El pleno municipal del Ayuntamiento de Tarragona aprobó ayer adjudicar el nuevo contrato de la basura a la segunda clasificada del concurso por un plazo de diez años y un importe anual de 20.225.101,71 euros. La propuesta salió adelante con los 14 votos favorables del gobierno (PSC), Junts y consejeros no adscritos, la abstención del PP y el «no» de ERC, Vox y ECP.
Justo hace un año, el pleno ya llegó a un acuerdo para adjudicar el contrato de la limpieza. En aquel caso, la beneficiaria fue la empresa GBI Paprec, la primera clasificada de la licitación. La compañía francesa, sin embargo, acabó siendo excluida del concurso después de que el Tribunal Catalán de Contratos del Sector Público estimara el recurso de Urbaser, el cual reclamaba que la ganadora había incumplido las exigencias mínimas del contrato.
El procedimiento de adjudicación había quedado paralizado hasta esta primavera, cuando el Tribunal Superior de Justicia y el Juzgado Contencioso Administrativo desestimó las medidas cautelares pedidas por GBI Paprec contra su exclusión. A raíz de esta decisión, el equipo de gobierno decidió llevar al pleno de ayer la adjudicación del nuevo contrato de la basura a la segunda clasificada, Urbaser.
La propuesta del ejecutivo socialista ha acabado prosperando por acuerdo plenario, aunque se prevé que se interpongan nuevos recursos. No sólo por parte de GBI Paprec, sino también por parte de FCC Medio Ambiente, actual concesionario del servicio de la limpieza y que quedó tercera en el concurso del nuevo contrato. Fuentes de la empresa han confirmado a este medio que impugnarán la adjudicación a Urbaser ante el Tribunal Catalán de Contratos.
«Casi el último paso»
Sin embargo, la consejera de Contratación, Isabel Mascaró, celebraba que «Tarragona está a un paso más, casi el último, de tener un nuevo contrato a la altura de lo que se merecen los tarraconenses y los trabajadores del servicio». El PSC contó con el apoyo de Junts y los consejeros no adscritos. «Hemos votado que sí sin miedo ni sensación de inseguridad jurídica porque ya no hay ningún impedimento legal», afirmaba el portavoz juntaire, Jordi Sendra. Por su parte, Javier Gómez (no adscrito) aseguraba que «no veo ningún aspecto en lo que nos podamos escudar para parar la licitación».
En cambio, Judit Gómez (Vox) alertaba de «la amenaza de nuevas impugnaciones», mientras que Maria Mercè Martorell (PP) espera que «todo eso acabe sin que al Ayuntamiento le cueste más que el mantenimiento del contrato actual».
El portavoz de ECP, Jordi Collado, afirmaba que adjudicar a Urbaser es «temerario económica y políticamente» y pedía «no poner más en riesgo la ciudad». En esta línea, Jordi Fortuny (ERC) advertía que otorgar el servicio «sin una sentencia en firme es una imprudencia que puede salir muy cara al Ayuntamiento». También avisaba sobre una posible situación de prevaricación.
El secretario general, Joan Anton Font, respondió — a petición del alcalde, Rubén Viñuales- que «actuar de acuerdo con los informes favorables de todos los servicios de la casa, en ningún caso, es prevaricación», mientras que «adoptar una resolución diferente», como reiniciar el proceso de licitación, sí que podría llegar a serlo.