Diari Més
Eudald Carbonell

Paleontólogo

Sant Jordi 2025

Eudald Carbonell: «El gran problema de la humanidad es perder la identidad colectiva»

El paleontólogo presenta de ‘De la caverna al cosmos’, un trabajo «pesimista con esperanza» donde muestra su vertiente más filosófica sobre el futuro de la humanidad y los riesgos que comportará adaptarse a las nuevas tecnologías

Eudald Carbonell, en una de sus últimas estancias en Tarragona para presentar ‘De la caverna al cosmos’.

Eudald Carbonell, en una de sus últimas estancias en Tarragona para presentar ‘De la caverna al cosmos’.Neus Bertola/ACN

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Tarragona

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Eudald Carbonell (Ribes de Freser, 1953) es uno de los tarraconenses de adopción más ilustres de las últimas décadas, una figura que va más allá de la arqueología y la paleoantropología para entrar de lleno en el grupo de pensadores catalanes más influyentes de este siglo a través de la evolución social humana. Este Sant Jordi presenta su última publicación De la caverna al cosmos. Nous horizonts per a l'espècie humana.

Este año no es un año cualquiera para hacerle una entrevista. Ahora hablamos con un galardonado con la Creu de Sant Jordi.

«Se podría decir que sí y es un premio que quizás hace más ilusión que otros, aunque, en el fondo, no deja de ser un reconocimiento más. Lo importante es lo que se ha hecho, no los premios que te han dado».

A 'De la Caverna al Cosmos. Nous horizonts per a l'espècie humana’ habla prácticamente de todo, desde historia a conocimiento, pasando por ciencia, tecnología, pensamiento...

«Es un libro que es un poco holístico. En realidad, es muy holístico. Tratar sobre la humanidad, la transhumanidad y la posthumanidad requiere tratar todos los elementos que influyen en la especie, en lo que puede pasar y en lo que ha pasado, y eso hace que se tengan que tratar muchas cosas».

De hecho, de todos sus libros, podría ser el que habla más de futuro y menos de pasado...

«Es el libro que acaba la serie y cierra toda esta recopilación que he ido haciendo los últimos años. Ahora en diciembre acabaré el que seguramente será mi último trabajo, sobre los cinco pilares de la humanidad, donde hago una síntesis de la teoría de la evolución social, y lo dejaremos aquí».

A pesar de no ser un libro optimista, sí que ha reconocido que es ‘pesimista con esperanza’. ¿Cómo lo podríamos explicar eso?

«No es optimista y no soy optimista. Hay una guerra y estamos ante un coll d'ampolla que puede conducir a la tercera Guerra Mundial, en la que el armamento nuclear tendrá un papel importante; por lo tanto, tengo que ser pesimista, pero tengo la esperanza de que la humanidad supere este coll d'ampolla y avance para superarlo».

Ha dicho varias veces que el hecho de convertirse en padre le ha hecho cambiar la perspectiva de muchas cosas. ¿La esperanza en el futuro es una de estas?

«Exactamente es así. Los genes y la paternidad hacen que tengas una predisposición a pensar con más esperanza en el futuro que cuándo no dejas hijos. Ahora pienso que llegará esta tercera Guerra Mundial, pero también que podría ser que el coll d'ampolla pase rápidamente y llegamos más pronto de lo que creíamos a la posthumanidad. Cuando te nace un hijo te hace cambiar la conciencia».

Este es otro tema que trata en el libro, la evolución de la humanidad hacia una transhumanidad y una posthumanidad... y habla de cambios que pasan muy rápido, dando, en pocos años, saltos equivalentes a siglos.

Será exactamente de esta manera. Gracias a la tecnología y la inteligencia artificial, en pocos años la humanidad dará un paso evolutivo hacia la transhumanidad, un paso que en otra época habría necesitado doscientos o trescientos años para producirse. Eso me hace pensar que la posthumanidad puede llegar muy pronto».

Pero esta velocidad también puede ser contraproducente y provocar una involución al mismo ritmo...

«Este es el mayor riesgo, perder en muy poco tiempo el grado de socialización que se ha conseguido y la conciencia social que se ha ido creando».

La conclusión que se puede sacar del libro, como en otros anteriores, es que la humanidad no sale muy bien parada. De hecho, poca gente como usted se puede permitir el lujo de decir que la humanidad es imbécil y quedarse tan ancho...

«Supongo que es la solvencia de tantos años de investigación y de trabajo (río). He dicho imbécil a todo el mundo y me he quedado tan ancho, es cierto, pero es lo que creo y lo puedo fundamentar. Cuando la historia y todo lo que hemos descubierto sobre nuestros antepasados nos llevan a la conclusión que somos una especie imbécil, nadie se puede enfadar».

A pesar de eso, vaticina que los humanos serán capaces de llegar a otros mundos siempre que alcancen ‘conciencia’, que es una cosa que se les presupone.

«Conciencia tecnológica y la cósmica... La conciencia se nos presupone, pero está la conciencia de especie, la conciencia colectiva, la conciencia individual y tenemos que desarrollar la conciencia tecnológica y la conciencia cósmica, que va más allá. La conciencia de especie, por ejemplo, es más reciente que la conciencia individual y colectiva. Los peligrosos para la humanidad son los que tienen poder y conciencia tecnológica, pero no han alcanzado la conciencia de especie...»

Supongo que cuando alguien no tiene conciencia de especie pierde también la capacidad de socializar, la empatía...

«No tener conciencia es exactamente eso. Socializar es lo que nos hace humanos. El gran problema de la humanidad es la pérdida de la identidad colectiva. La conciencia de colectividad tiene que estar por encima de la individual para poder avanzar y evolucionar».

Últimamente, ha hablado a menudo de parar, pero ya tiene otro trabajo a punto. ¿De verdad se retira?

«En realidad yo no he parado nunca y no creo que lo haga. El conocimiento no se detiene nunca. Pensar ya es otra cosa, es más personal. En realidad, puedes tener muchos conocimientos y pensar, pero es difícil dejar de pensar. Seguro que seguiré pensando...»

Hablando de pensamiento... ¿A pesar de ser un hombre eminentemente de ciencia, no cree que ‘De la caverna al cosmos’ también llega a conclusiones filosóficas y casi religiosas?

«Es lógico que a veces la gente de ciencia llegamos a este tipo de conclusiones, sobre todo cuando nos hacemos mayores. El pensamiento científico se hace cada vez más filosófico, de manera que los científicos acabamos haciendo filosofía y de la filosofía a la religión no hay tanta distancia. El problema es cuando te conviertes sólo en un vendedor de diarios, ¡porque hay que decir alguna cosa que tenga sentido!».

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