Entrevista
David Font: «Hemos conseguido que las denuncias por pintadas no queden archivadas»
Arqueólogo y cabo de la Guardia Urbana, Font es el principal impulsor de un nuevo protocolo de actuación sobre las pintadas en espacios patrimoniales. La nueva metodología ha permitido frenar el auge de este tipo de delitos en Tarragona

Font buscó la manera efectiva de tramitar judicialmente las denuncias por estos delitos
La Guardia Urbana de Tarragona viajará a Salamanca esta semana para presentar un protocolo de actuación pionero sobre las pintadas en monumentos y espacios patrimoniales. Compartirá su experiencia con los cuerpos de seguridad de las diferentes ciudades del Grupo Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España. David Font, arqueólogo y cabo de la Guardia Urbana, es el principal impulsor del protocolo. Vamos al inicio. ¿Cómo nació este nuevo protocolo?
«Yo entré en la oficina de denuncias en el 2018. Entonces, tuvimos un primer caso de pintadas que no pudimos resolver después de unos años a la Fuente del Centenario. A partir de aquí llegó la pandemia y constatamos que se habían incrementado mucho los grafitis en el casco antiguo. Entonces hablamos con el fiscal de medio ambiente y le dijimos que creíamos que podíamos resolver algunas de las pintadas. Y empezamos la investigación con mucho trabajo de oficina. Había dos guardias que eran perecidos y analizaban los grafitis».
¿Cómo es este proceso?
«Miraban las firmas, hacían un estudio grafológico. Y comparativas tanto del texto como de la tinta que aparecía. Por ejemplo, un dibujo de una cara al lado de la firma con la misma tinta. Hicimos un archivo de todas las pintadas que encontramos. Entonces relacionábamos el grafiti con los autores. E imputamos un delito contra el patrimonio a tres personas. Este fue el primer caso».
¿Siempre se encuentran los autores?
«Casi siempre. A veces son las cámaras, a veces los agentes los encuentran con la pintura. Es un trabajo después de mirar el archivo, Estudiamos la letra, la forma de las A o las T. También por cómo y dónde se ha producido. Podemos buscar con el patrón».
¿Entiendo que eso antes no se hacía? ¿Cuál era el recorrido judicial?
«Este tema ha tenido un recorrido un poquito sinuoso. Antes de la pandemia, la mayoría de casos se archivaban. Por la vía administrativa no podemos denunciar a una persona si no la veo haciendo una pintada. Y entonces no se tramitaban casi nada. Buscamos alternativas entonces por la vía penal porque son delitos contra el patrimonio histórico. Hay un título específico del código penal que nos permitía instruirlo porque siempre se causaba un daño».
Encontraron la tecla.
«Sí. Los juzgados son muy reticentes a instruir diligencias por un delito de daños. ¿Qué pasa? Si nosotros como policía entramos un atestado al juzgado, es muy probable que se archive. Pero si le entregábamos al fiscal y entra a través de Fiscalia, obliga al juzgado a hacer la investigación. Y así, después lo hicimos extensivo a toda la ciudad, más allá del casco antiguo».
¿En qué sentido?
«Hicimos a un modelo para la ciudadanía y empresas que facilitara tramitar denuncias por pintadas. Tenían que poner el presupuesto de la reparación y una fotografía del grafiti. Y así recogimos bastantes denuncias».
¿Consiguieron mejorar la situación?
«Totalmente. Recuerdo un caso en el Puente del Diablo que resolvimos rápidamente. Ahora ya no se archivan y se tramitan muchas más denuncias de lo que hace unos años. Al final, la justicia está muy saturada y los casos y los juicios se alargan años, pero ya tienen un recorrido. También trabajamos de la mano de los arqueólogos municipales, que nos ayudan a detectar rápidamente si las pintadas se han hecho en espacios protegidos».
¿Dependiendo de la catalogación de los espacios o monumentos las multas o penas son diferentes?
«No. Vienen a ser las mismas. Hay cuatro tipos de catalogación. Bien de Interés Local, de Fachada de Interés General y Patrimonial. Con eso se dan casos como la plaza de los Carros, donde un hombre pintó en una fachada, donde antes había una caja de pensiones. Dirías que no es nada extraordinario, pero toda la plaza está protegida. Y es un delito contra el patrimonio histórico».
Interés de Francia
El problema con los grafitis les tienen todas las ciudades históricas. Pero este modus operandi no se había aplicado en ningún sitio.
«No. La conservadora de Aranjuez nos contactó porque desde Lyon les habían preguntado qué hacían con las pintadas. Y ella sabía cómo estábamos trabajando aquí. Y por eso escribimos el protocolo y lo tradujimos al francés y el inglés. No lo había regulado nunca nadie y no había ningún documento de guía».
¿Y todo eso es lo que expondréis a Salamanca?
«Sí. Se organizarán varias mesas redondas. Nuestro protocolo marca todas las actuaciones a hacer para los agentes. Lo que es primordial es que la pintada se retire cuanto antes mejor. Para evitar el efecto de los espejos rotos. También marca qué hacer si no se encuentra ningún autor, etc».
Un guardia urbano enseñando a Mossos, Policía Nacional, Guardia Civil...
«El problema que tenemos los policías locales es que no nos lo creemos. Pero las bases de alimentación, de los datos, las tenemos nosotros. Tenemos las patrullas, las cámaras y las catalogaciones. Todo eso lo tenemos y tenemos los medios y la capacidad para utilizarlo».
¿De cara al futuro, la voluntad es seguir por este camino, verdad?
«Totalmente. Hemos entrado en una dinámica donde se han agilizado mucho los trámites porque la gente está concienciada e implicada. Y las actuaciones dan resultado. Es cierto que en Tarragona nos conocemos todos y la comunicación entre los diferentes organismos es muy fácil. Es un trabajo muy orgulloso y a mí como arqueólogo desde el primer momento me interesó. El próximo año en principio tendremos ya la primera sentencia firme con el nuevo protocolo».