Investigación
Asocian los niveles elevados de la proteína GDF15 con la lesión hepática y aterosclerosis
El estudio lo han realizado investigadores del CIBERDEM, la Universidad Rovira i Virgili (URV) y el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili
Les datos de este estudio podrían abrir la puerta a nuevas estrategias preventivas y de tratamiento.
Un nuevo estudio vincula los niveles elevados de la proteína GDF15, que se produce en situaciones de estrés fisiológico, con el esteatosis hepática y el aterosclerosis.
El estudio, publicado en la revista International Journal of Molecular Sciences, ha sido realizado por investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBERDEM), la Universidad Rovira i Virgili (URV) y el Institut d'Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV).
El equipo analizó los niveles de GDF15 en 156 pacientes con trastornos metabólicos y descubrió, a través de resonancia magnética nuclear, que esta citocina de respuesta al estrés está vinculada al daño hepático y también a un perfil aterogénico avanzado, una combinación de factores en sangre que aumentan el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
En concreto, observó un aumento en la cantidad de partículas de lipoproteínas de muy baja densidad y su contenido en colesterol y triglicéridos. Además, los niveles elevados de GDF15 se asociaron con un mayor grosor de un marcador de aterosclerosis subclínica.
El estudio profundizó en el papel de los niveles circulantes de la proteína GDF15 en las alteraciones metabólicas hepáticas y en la enfermedad aterosclerótica: «El GDF15 se relacionó con la lesión hepática y marcadores inflamatorios, y aumentó la probabilidad de esteatosis hepática en un grupo de pacientes metabólicos», afirma Josefa Girona, investigadora de la Unidad de Lípidos y Arteriosclerosis de URV-IISPV y del CIBERDEM.
Después de 10 años de seguimiento, los investigadores comprobaron que los pacientes que desarrollaron enfermedad cardiovascular aterosclerótica tenían niveles basales de la proteína GDF15 significativamente más altos que aquellos que no desarrollaron la patología.
Eso, según los investigadores, podría sugerir que esta proteína ejerce un papel clave en los mecanismos que vinculan la MASLD con el riesgo cardiovascular.