Tradición
Crónica: 'Tres tombs' para viajar al pasado
Tarragona se llenó de carruajes estirados por caballos que hacían recordar el mundo rural

Una treintena de carros y unas 90 caballerías llegados de toda Cataluña participaron en una nueva edición de los Tres Tombs en Tarragona
«Cuando yo era pequeña, los yayos compraban el pan a un hombre que venía al pueblo en carro», le explicaba la Marina a su hija de tres años mientras señalaba uno de los carruajes que participaban ayer en los Tres Tombs. Este transportaba panes de todo tipo y todas las medidas.
Ayer, Tarragona celebró una nueva edición de este pasacalle que une la fiesta y la tradición. Por un momento, grandes y pequeños viajaron al pasado, en un mundo rural donde no existían ni los tractores ni los camiones y los animales eran esenciales para poder llevar a cabo los trabajos agrícolas o transportar las mercancías.
Para bendecir y reconocer la importancia de estas bestias de pie redondo, como los caballos o los asnos, se creó una fiesta para el día de Sant Antoni Abat, patrón de los animales. Esta celebración religiosa se ha mantenido hasta la actualidad.

Imatge dels Tres Tombs de Tarragona
Los Tres Tombs han ido evolucionando, adaptándose a los tiempos actuales y, de hecho, ahora no sólo se bendicen animales de trabajo sino también domésticos. Ayer, muchos tarraconenses llevaron sus mascotas a la Rambla Nueva para ser partícipes.
La Banda de Cornetas i Tambors Verge de Misericòrdia de Reus encabezaba el pasacalle con marchas de procesión. La seguían una treintena de carros y 90 caballerías de todo el país. Los más menudos esperaban con nervios y ganas la llegada de los animales, que también estaban nerviosos para estar en un lugar poco habitual para ellos.
El sonido de las herraduras golpeando contra el asfalto o el de los cascabeles repicando con el paso de los caballos eran constantes durante todo el recorrido. La ilusión no sólo era entre el público, sino también entre los jinetes y las personas montadas en los carruajes.
«Están 33 años participando ya en el mundo de los Tres Tombs», decía Meritxell Prats, de la Colla Cavallista de Tivissa. Esta celebración ayuda a explicar a los niños como era la vida hace unos años. Nos alegra que haya tanta gente viniendo a verlo, ya que es una cosa que se está perdiendo», apuntaba.
Por segundo año consecutivo, había un carro adaptado para personas con movilidad reducida. «Es una iniciativa que impulsó la Federación Catalana de los Tres Tombs después de la pandemia», explicaba David Andreví, miembro de la federación.
«Es un carruaje moderno con rampas para subir y suspensión neumática que lo hacen más cómodo durante el camino», detallaba. Dos miembros de la Colla de la giganta inclusiva Frida pudieron disfrutar de la fiesta montados en este carro adaptado.
«Es importante que darlos visibilidad y que todo el mundo puede participar, incluso a la gente con silla de ruedas», decía Pedro Luis Pradillo, miembro de la entidad. «Queda mucho para mejorar con respecto a la accesibilidad, pero está bien que puedan oír que forman parte de las fiestas de la ciudad», señalaba.