Economía
El Port de Tarragona optimiza las operativas de descarga y almacenaje de cereales
Saca a concurso una concesión para la prestación de la actividad de manipulación de mercancía de transporte horizontal de sólidos a granel en el muelle de Aragó a partir de un sistema de cintas transportadoras

La empresa adjudicataria instalará una cinta transportadora de sólidos a granel en el Muelle de Aragó.
El Port de Tarragona ha sacado a concurso una concesión para prestar el servicio portuario de transporte horizontal de sólidos a granel en el muelle de Aragó con el objetivo de optimizar la operativa de descarga de cereales y otros productos agroalimentarios. La nueva concesión, que supondrá una inversión privada de más de 10 millones de euros, facilitará que el transporte de los cereales una vez se descarguen del barco y hasta los silos y almacenes correspondientes no se haga en camiones sino que se lleve a cabo mediante cintas transportadoras.
Eso ofrecerá más seguridad al muelle, al reducir la presencia de camiones y otros vehículos rodados y a la vez comportará un importante avance en materia de descarbonización y sostenibilidad, en tanto que se reducirán las emisiones de CO2 asociadas a la presencia de los camiones y de las partículas en suspensión al ambiente que genera el transporte de cereales.
La empresa que resulte adjudicataria instalará una cinta transportadora principal de sólidos a granel de un mínimo de 200 metros de largo, que irá en paralelo al muelle de Aragó y en la que se le verterá el sólido a granel, principalmente cereales, aunque opcionalmente también pueden ser piensos y otros sólidos a granel compatibles, mediante una tolva ecológica. Además, se colocarán otras cintas transportadoras entrelazadas que permitirán ganar altura, con el objetivo de evitar interferencias con el tránsito rodado y ferroviario y que los cereales puedan depositarse en los almacenes.
Las cintas transportadoras que conformarán este sistema de transporte horizontal tendrán que estar cubiertas tanto por la zona superior como por los laterales, para evitar pérdidas de mercancía y que haya partículas ambientales derivadas del movimiento de los cereales. Asimismo, se dispondrán sistemas de captación de polvo mediante filtros en todas las transferencias de mercancía entre cintas. Además, se incorporará un sistema de separación magnética para eliminar la presencia de elementos ferromagnéticos.
Operativa optimizada y más sostenible
El principal objetivo que persigue la instalación de este sistema es optimizar la operativa de transporte de mercancías entre los barcos y los almacenes, cosa que permitirá mejorar el servicio en el muelle de Aragó que tiene un nivel de ocupación muy elevado, llegando a superar en pico puntuales el 100% del servicio que teóricamente puede ofrecer. El hecho de disponer de la red de cintas transportadoras agiliza el proceso, ya que estos sistemas presentan velocidades de transporte de 1.000 toneladas por hora, unos valores muy por encima de los rendimientos que se alcanzan mediante el camión en condiciones normales.
Además, al reducir la presencia de camiones en el muelle, se minimizan los riesgos asociados a su circulación, cosa que aumenta la seguridad en el conjunto de operaciones que se llevan a cabo en esta ubicación. En todo eso, hay que sumar un doble beneficio ambiental. Por una parte, el hecho de sustituir camiones por cintas transportadoras supone una importante reducción de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero derivadas del movimiento de los camiones que actualmente transportan la mercancía de barco a almacén. De la otra, se eliminan notoriamente la presencia de partículas ambientales liberadas a causa del movimiento del grano, ya que las cintas transportadoras tienen que estar cubiertas para evitarlo.
Inversión privada de más de 10 MEUR
La concesión permite una ocupación máxima de 4.930 m2 de superficie del muelle de Aragó – Este, en una parcela que se encuentra adyacente a tres almacenes de productos agroalimentarios a granel. La construcción de este sistema de transporte horizontal, que se tendrá que realizar en un periodo máximo de 30 meses, supondrá una inversión mínima de 10 millones de euros por parte de la empresa adjudicataria, que será también la encargada de explotarlo durante los próximos 40 años.