Sociedad
Castellà negocia el traslado del Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña al Port de Tarragona
Es uno de los proyectos que pretende impulsar el Port para erigirse como «motor metropolitano»

El presidente del Port de Tarragona, Santi Castellà, y el miembro del Comité Ejecutivo de la Cambra, Eduardo Sañudo, en la jornada del ‘Bon dia’.
El presidente del Port de Tarragona, Santi Castellà, quiere que la Generalitat traslade el Centro de Arqueología Subacuática de Cataluña (CASC) a la Cofradía de Pescadores de la ciudad. Así lo expresó ayer, en una nueva sesión del ciclo de jornadas ‘Bon dia’ —organizado por la Cambra de Tarragona—, durante la cual desglosó los diferentes proyectos que pretende desarrollar el Port para erigirse como «motor metropolitano» y potenciar la logística, la reindustrialización, la sostenibilidad y la cultura en el territorio.
Castellà afirmaba que está «dispuesto» a ceder la planta superior del edificio de la Cofradía para ubicar el CASC, que actualmente se encuentra en Girona. El presidente del Port explicaba que esta unidad de investigación gestionada por la Generalitat compartiría espacio con otra zona dedicada al romesco, donde habría «actividad gastronómica».
Castellà ya está en conversaciones con el Museo de Arqueología de Cataluña (MAC), del que depende el Centro de Arqueología Subacuática, para hacerlo realidad. Igualmente, se está trabajando para llevar exposiciones de referencia sobre arqueología clásica al Tinglado 4 y sobre arte contemporáneo al 3. Más allá de dinamizar todos los equipamientos culturales, también se sumarán de nuevos, como el Centro Experiencial y de Interpretación de Cal·lípolis.
El Port quiere impulsar el territorio desde una visión metropolitana, no sólo como un hub cultural, sino también logístico, de reindustrialización y de sostenibilidad. Para poder crecer y garantizar su competitividad, se ha hecho una apuesta clara para diversificar sus tráficos, sumar nuevas infraestructuras y promover la intermodalidad. Castellà destacó grandes inversiones estratégicas como la PortTarragona Terminal Guadalajara-Marchamalo o el proyecto estrella: la Zona de Actividades Logísticas (ZAL).
Esta infraestructura, junto con el futuro contradique de Ponent y los muelles adyacentes, tienen que servir para aumentar la capacidad para atraer inversiones industriales de alto valor añadido y de nuevos sectores económicos. El presidente del Port también puso en valor el trabajo que hacen con el sector químico mediante el cluster ChemMed. Para Castellà es clave que el impulso logístico e industrial se haga desde un prisma sostenible.
Por este motivo, están trabajando en tres grandes ámbitos: la descarbonización, la protección de la biodiversidad y el medio ambiente, y la sostenibilidad y desarrollo social. Entre las actuaciones programadas, destacan la inversión de 50,7 MEUR para electrificar el Muelle de Balears, así como su ampliación para el montaje de aerogeneradores flotantes, o la producción y logística de hidrógeno.
Castellà afirmaba que con estas líneas estratégicas que guiarán su mandato, pretende «crear economía azul para conseguir un puerto más verde». Una de las prioridades dentro de esta hoja de ruta es que el Port actúe como «punto de encuentro» para fomentar el «consenso territorial» en el proceso que está siguiendo el territorio para el impulso del área metropolitana de Tarragona.