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Sostenibilidad

Se instalará una sesentena de cámaras en Tarragona para la puesta en marcha de la Zona de Bajas Emisiones

La fecha límite para su implementación en la ciudad es el 31 de diciembre del 2024

Mapa de la ZBE y distribución de las cámaras de control de acceso.Diari Més

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Tarragona tiene que implementar la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) antes del año 2025, a partir del cual se restringirá el acceso y la circulación de los vehículos más contaminantes a gran parte del núcleo urbano. El Ayuntamiento, que ya ha pisado el acelerador, ayer sacó a licitación los trabajos necesarios para la instalación, configuración y puesta en funcionamiento de los dispositivos tecnológicos para controlar el acceso a la ZBE. El plazo de ejecución del proyecto será de 10 meses, a partir de la fecha de inicio de las obras.

Durante el 2024, se instalará una sesentena de cámaras por toda Tarragona. Concretamente, se colocarán 45 en el perímetro de la futura Zona de Bajas Emisiones, para controlar todos los accesos al centro de la ciudad. Estas se dividirán en 21 puestos de control diferentes, ubicados en el paseo de Sant Antoni, la plaza UNESCO, el vial William J. Bryant, la avenida de Roma o la de Ramón y Cajal. También habrá a lo largo de la avenida Catalunya, así como en la plaza de la Generalitat y en varios puntos de la calle del Cardenal Vidal i Barraquer.

Estas cámaras especializadas en la lectura de matrículas siempre captarán los vehículos por su parte posterior. Los dispositivos permitirán identificar de forma precisa los vehículos que entran en la ZBE y analizar si sus emisiones exceden los límites establecidos. Se almacenará la información de las matrículas, hecho que facilitará el procesamiento eficiente para futuras sanciones. También se instalarán cámaras de videovigilancia en los accesos y las salidas de seis parkings disuasivos situados fuera de la ZBE: el aparcamiento que hay debajo de la plataforma del Miracle, el del cementerio, el de Torroja, el de la Tabacalera, el de la Horta Gran y el de Guillem Oliver.

En este caso, las cámaras se utilizarán para el control de la capacidad de estacionamiento de cada espacio. Con la detección del paso de los vehículos en los puntos de entrada y salida, se podrá llevar un control de la ocupación de las plazas. La disponibilidad de los aparcamientos disuasivos se podrá mostrar en los 10 paneles de información dinámica que se colocarán en ubicaciones estratégicas de la ciudad.

Con estos dispositivos también se garantizará la difusión actualizada de datos sobre contaminación y otros aspectos relevantes. Aparte de los paneles y las cámaras, también se instalarán 6 puestos de control ambiental con sensores dedicados a la medición de la calidad del aire y la acústica, que proporcionarán datos vitales sobre la salud ambiental. Aparte, el proyecto también contempla la implementación de un Centro de Control.

Fecha límite

El presupuesto total para la puesta en marcha de la ZBE es de 2.069.100 euros (IVA incluido). Hay que recordar que el Ayuntamiento ganó 3,3 millones de los fondos Next Generation para financiar su implementación y la transformación digital y sostenible del transporte urbano. Para poder aprovechar la ayuda, la actuación tiene que estar lista antes del 31 de diciembre del 2024.

La ordenanza estará lista el próximo enero

El Ayuntamiento de Tarragona prevé tener terminada en enero la ordenanza que regulará la futura Zona de Bajas Emisiones en la ciudad. Ayer, la comisión encargada de su redacción se reunió e hizo avances «importantes», según la consejera de Movilidad, Sonia Orts. «La idea es que, una vez se debatan y se incorporen o se desestimen las enmiendas, se apruebe la ordenanza en comisión y pase por plenario para la aprobación definitiva», apuntaba la edil.

La ZBE es de aplicación en Tarragona en cumplimiento de la Ley de Cambio Climático de la Unión Europea, de 2021, y el Real Decreto del 27 de diciembre de 2022, que establecen que las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes tendrán que implantar una zona de bajas emisiones con el objetivo de reducir las emisiones y, en consecuencia, mejorar la salud de las personas.

Así pues, el año que viene, el consistorio tiene que tener lista la regulación. Durante el 2024, se pondrá en marcha una campaña de comunicación y también se implementará la señalística. Además, también se tiene que cerrar el Plan de Movilidad Urbana Sostenible (PMUS), que servirá de marco a esta ordenanza. Hay que recordar que se adjudicó la redacción del PMUS el pasado mes de noviembre.

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