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Un mural colaborativo que crea vínculos en Tarragona

La Guingueta del Parque de la Ciutat acogió ayer la pintura de un mural con el objetivo de dar visibilidad a la fundación La Nineta dels Ulls

Una de las dinamizadoras, Elisa, pintando el mural con algunos de los niños participantes.

Un mural colaborativo que crea vínculosHelena Viñas

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Figuras de madera y piezas de plástico para construir estructuras inimaginables y un circuito de movilidad. Estas son algunas de las actividades que La Guingueta del Parc de la Ciutatofrece cada domingo entre 10.30 y 13.30 para niños de 0a 12 años. Ayer, sin embargo, la atención de los niños presentes en el espacio se centró, porun momento, en las dos mesas con un papel en blanco por encima que las dinamizadoras de La Guingueta, Marta y Elisa, habían montado.

Marta explicó que la temática de ayer por la mañana estaba centrada en lLa Nineta dels Ulls, una fundación que da visibilidad al cáncer ocular infantil. Bajo el título Superheroïnes i superherois, la jornada estaba dividida en dos actividades: por un lado, la pintada de antifaces, y, de otro, la de un mural con manos estampadas. Esta era la idea inicial, pero enseguida los niños se hicieron suyo el mural, y empezaron a pintar todo tipo de figuras, desde caras sonrientes hasta manchas con naranjas y azules, los dos únicos colores disponibles por ser los de la fundación.

Poco a poco se iban acercando más padres, que veían cómo los niños caían víctimas de la pintura y se llenaban de manchas la ropa, las manos e, incluso, la cara. Lo que empezó siendo un mural con cuatro manos, se transformó en una obra de arte abstracto creada entre padres, hijos y las dinamizadoras, loque convirtió la pieza en un«mural colaborativo». Tal como remarcaron Marta y Elisa, «al ser un trabajo en conjunto, se acaban formando vínculos muy especiales entre las familias y nosotras».

Este vínculo se ve potenciado cuando se trata de padres que llevana sus hijos al espacio desde que estos son bebés. Es el caso de Patrícia Varela, quien va desde que su hija de dos años tenía cuatro meses. «Le va bien porque se relaciona con otros niños. Nosotros como padres también hemos hecho amigos», declara. Un caso parecido es el de Carmelo Aguilar, con una hija de 5 años. Remarcaque el espacio «la ayuda a distraerse, y también a jugar con objetos que no sean una pantalla». Otros padres aprovechan las actividades para que sus hijos se encuentren con compañeros de clase. Así lo explica Ana Guarte, quien lamenta que el espacio sólo esté disponible los domingos: «Estaría bien que lo volvieran a hacer los jueves».

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