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Las visitas turísticas a Barcelona en bus desde Tarragona caen un 75% con respecto al 2019

La empresa Plana lo atribuye al aumento de temperaturas, la pérdida del cliente ruso, las obras en el Camp Nou y la sequía

Els autobusos Plana arriben fins davant de l'entrada de l'Aquopolis Costa Daurada.

Las visitas turísticas a Barcelona en bus desde Tarragona caen un 75% con respecto al 2019Gerard Martí

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Las visitas turísticas a Barcelona en autobús, con salida desde el Camp de Tarragona, se han reducido un 75% con respecto al 2019, según explica la empresa Plana. El responsable de líneas y excursiones, Isidro Quevedo, lo atribuye al aumento de las temperaturas, las obras en el Camp Nou, la pérdida del cliente ruso a raíz de la guerra en Ucrania y la sequía, que obliga a cerrar las fuentes, uno de los grandes atractivos de la Ciudad Condal. Sin embargo, con respecto a visitas interurbanas por el Camp de Tarragona, la demanda equivale, aproximadamente, a un 80% de la del 2019.

Quevedo explica que este verano hay más visitantes españoles que otros años y, en este sentido, apunta que la posibilidad de viajar en vehículo propio hace que sea innecesario el servicio de autobús. «Siempre ha habido muchos turistas nacionales, pero ahora son más proporcionalmente», detalla. Con respecto al cliente inglés, asegura que sigue viniendo, aunque «quizás ha bajado un poco». «Y prefiere ir a la playa, a parques acuáticos o a PortAventura», añade.

El calor es uno de los motivos por los cuales los turistas priorizan el baño antes que la visita cultural, según Quevedo: «El calor hace que mucha gente prefiera quedarse en la piscina del hotel a salir a caminar. Los días que más afluencia tenemos es cuando el cielo está nublado, pero sin que llueva, porque es cuando la gente aprovecha para hacer visitas».

El responsable de Plana subraya que agosto es el mes más determinante de la temporada. «Ahora estamos entrando en el momento clave. Si en agosto funciona, se nos puede arreglar la temporada. Tenemos que esperar para ver cómo evoluciona», comenta. Más allá de las cifras previas a la pandemia, que supuso un punto de inflexión, la demanda con respecto al 2022 se mantiene en los mismos niveles o, en todo caso, ligeramente por debajo a causa de las elevadas temperaturas.

Plana organiza excursiones y tiene líneas regulares hasta Barcelona, pero varios condicionantes provocan que las visitas pierdan interés. «Mucha gente iba a ver las fuentes, pero ahora no hay agua por las restricciones por sequía», constata. Otro de los alicientes de los turistas es el FC Barcelona, pero las obras en el Camp Nou restan interés. «Antes llevábamos a la gente hasta la Diagonal, donde se bajaba y se acercaba a ver el estadio», señala Quevedo.

Pisar el césped, ver los vestuarios y sentarse en el banquillo era uno de los incentivos para hacer la visita al Camp Nou, que incluye el museo y tiene un precio de 28 euros, tal como indica en la página web del club. «Es la mitad de la entrada en PortAventura, y sin tener en cuenta la diferencia del gasto en el transporte», analiza el responsable de Plana como uno de los motivos de la elección de prioridades de los turistas. Al mismo tiempo, enumera otros cambios en los espacios de interés de Barcelona en los últimos años: «Los visitantes también van al zoo y al Acuario, pero en el zoo, por ejemplo, ya no hacen el espectáculo de delfines. Y desde hace años también se tiene que pagar para entrar en el Park Güell», expone.

Quevedo también relaciona la bajada de la demanda con la pérdida del cliente ruso. «Era un tipo de turista que acostumbraba a estar entre 10 y 15 días. Ahora, en general, poca gente está de vacaciones más de una semana, mientras que antes sí que era más habitual, lo que permitía tener más tiempo para visitar el entorno», manifiesta sobre un aspecto directamente relacionado con el incremento de precios y la consiguiente pérdida de poder adquisitivo.

Con respecto a los desplazamientos por el Camp de Tarragona, Quevedo observa que Tarragona despierta más interés que Reus, que es «más comercial». Sin embargo, la prioridad es la playa. «Todo depende del clima. Pasear a 35 grados por la Rambla Nova no apetece mucho», indica. En todo caso, dice que los turistas acostumbran a dedicar el día entero para hacer la visita en Tarragona o en Reus, mientras que en otros lugares, como podrían ser la Pineda o Cambrils, es más usual que la visita dure menos tiempo.

Mismo servicio

La empresa Plana sigue ofreciendo el mismo servicio que en el 2019, con las mismas líneas, horarios y precios. No obstante, adapta los recursos a la demanda. «Quizás antes necesitábamos tres vehículos para hacer un viaje y ahora tenemos bastante con uno o dos», expresa Quevedo, quien destaca que el transporte público no deja de ser «la parte más económica del viaje». «Por un euro puedes ir a Cambrils o a la Pineda, por ejemplo», añade.

Por otra parte, la llegada de menos turistas de los previstos causa un efecto en cadena que deriva en la necesidad de contratar a menos trabajadores en diferentes sectores, tal como explica el responsable de Plana. «Si los clientes no llegan, los hoteles seguramente no necesitarán tantos recursos humanos. Y algunas de estas personas, de rebote, dejarían de coger el autobús para ir hasta el trabajo», observa.

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