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Transporte público

Piden poner marquesinas a las dos paradas de bus de Solimar en Tarragona

Clientes y vecinos de los campings de la zona tienen que esperar el bus sin un lugar donde resguardarse del sol

Usuaris de l'EMT esperant l'arribada del bus sota un paraigues.

Piden poner marquesinas a las dos paradas de bus de Solimar en TarragonaJordi Sanvisens

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Los vecinos de la zona de playas y Llevant de Tarragona tienen que utilizar algunas paradas de bus de la Empresa Municipal de Transportes de Tarragona (EMT) sin marquesinas. Las dos paradas de Solimar son un ejemplo, donde la gente tiene que esperar la llegada del bus bajo la luz directa del sol, una sensación que durante los meses de verano, las altas temperaturas causan malestar entre los usuarios de este servicio, ya que se encuentran sin ningún lugar donde resguardarse del calor.

«Durante el verano, recibimos muchas quejas de clientes del camping, que nos dicen que se tienen que esperar que llegue el bus bajo el sol, sin ninguna protección ni ningún lugar donde resguardarse del calor», explica Jordi Sanvisens, trabajador del Camping Les Palmeres, ubicado en la zona costera de Llevant de Tarragona, y el cual hace años que pide soluciones por las dos paradas de Solimar.

En la primera, ubicada delante del Camping Les Palmeres, transcurren los buses de la línea 12 (La Móra-Enric d'Ossó) y 13 (Entrepins-Paseo de las Palmeras). Mientras que en la del lado de la gasolinera Jaume I, también pasan los buses de la línea 16 (Plaza Imperial Tàrraco-Platja Arrabassada).

«Hace unos años instalaron un banco a pie de carretera en la parada de delante del camping, pero también se tendrían que poner marquesinas en ambas, ya que multiplican los usuarios durante los meses de verano, por el hecho de que muchos turistas, trabajadores de otros campings, y vecinos de la zona, utilizan este servicio público para ir a casa o al centro de la ciudad más rápidamente», explica.

El problema aquí recae, según Sanvisens, en la frecuencia de paso de las líneas del servicio de bus de la zona. «Hay momentos del día en qué entre un bus y el siguiente pasan 30 minutos, y la gente tiene que recurrir a soluciones de urgencia, como por ejemplo ponerse un paraguas en la cabeza con el fin de reducir la luz del sol y poder esperar el rato que tarde el bus sin más inconvenientes. No se puede tener a la gente allí sentada tanto rato sin ningún lugar donde poder resguardarse del calor», concluye.

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