El Ayuntamiento de Tarragona avanza en el derribo de un edificio delante del Circ Romà

El Ayuntamiento de Tarragona ya tiene presupuesto para expropiar el inmueble de la Baixada de la Peixateria, 21. Al mismo tiempo, también expropiará una parte del terreno correspondiente al número 17. La finalidad del consistorio a largo plazo es acabar eliminando todos los edificios delante del Circ Romà con el fin de ofrecer una perspectiva más amplia del monumento y continuar con las excavaciones arqueológicas para tener un mayor conocimiento. Por este motivo, el Ayuntamiento también abrirá pronto un expediente de expropiación forzosa del 30% de la finca situada en el número 17 de la Baixada de la Peixateria, que actualmente es un solar. En 1998, la administración local ya expropió el patio de la casa que había, y, en el 2004, adquirió el 70% del terreno. Ahora, pretende obtener la parte restante. El inicio del proceso pasará mañana por la junta de gobierno local. El objetivo de todo es desarrollar el área arqueológica del Circ.

Al mismo tiempo, la futurible demolición de los edificios «permitiría entender mejor la vinculación del monumento con el Fòrum Provincial y el conjunto patrimonial», tal como comenta el consejero de Patrimonio Histórico, Hermán Pinedo.

Con respecto a la expropiación del inmueble de la Baixada de la Peixateria, 21, el Ayuntamiento pagará 117.050,40 euros, una cifra determinada por el Jurado de Expropiación de Cataluña después de hacer la valoración pertinente. El edificio, en muy mal estado desde hace tiempo, se encuentra en una parte de la cabecera del CircRomà nunca excavada, motivo por el que el consistorio lleva a cabo estos trámites. Sin embargo, el probable derribo dejaría sola la finca número 19, que está habitada y acoge la sede de la Asociación Gitana de Tarragona.

Hace unas tres décadas, los edificios que había en aquel momento al principio de la Baixadade la Peixateria ya se derribaron con el mismo objetivo que ahora: dar más visibilidad al Circ. «El futuro de esta calle pasa por que los edificios no estén», expone Pinedo.