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La Capona se transforma de librería convencional a cooperativa de consumo

Los clientes se pueden convertir en socios y tener capacidad de decisión sobre el rumbo del establecimiento

Imagen de la planta inferior de la librería La Capona dedicada al público infantil y juvenil.

La Capona de Tarragona se transforma de librería convencional a cooperativa de consumoACN

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La nueva etapa de la librería La Capona de Tarragona va más allá de un cambio de propietarios. A raíz de la jubilación de los fundadores e impulsores del negocio a finales de junio después de 25 años de trayectoria, la Cooperativa Combinats ha cogido el relevo. Más allá del cambio de titulares la principal diferencia es la gestión, que todavía está en fase de transformación. Así, la librería convencional que había ahora ha pasado a estar dirigida por una cooperativa de trabajo como es Combinats, que está impulsando un grupo de consumo entre los clientes. El siguiente paso es que este grupo se convierta en una cooperativa de consumo, un proceso que se tiene que culminar a principios del año que viene. Eso permitirá a los socios y clientes tener capacidad de decisión.

De momento ya hay 150 clientes que se han convertido en socios mediante una aportación de 200 euros, que se les devuelven progresivamente con descuentos del 20% de las compras que van haciendo. «El objetivo inicial era tener 100 socios, pero el óptimo son 300. Veremos si podemos llegar poco a poco», comenta Jordi Collado, director de la Cooperativa Combinats.

La voluntad de los impulsores cuando se pusieron al frente de la iniciativa era «no dejar perder un proyecto cultural histórico» en la ciudad y a la vez «que se desarrolle de manera diferente respetando las raíces», defensa Collado. Por eso, apostaron porque la ciudadanía tenga voz en lo qué pasa dentro de las paredes de la Capona. «En una cooperativa de consumo los socios administran el proyecto para conseguir mejores precios o un formato más asimilable a su voluntad. El proyecto no se centra en la economía y la venta de libros, sino en el bienestar de los socios y la ciudadanía en general», concreta. Así pues, «no hay ánimo de lucro» y los beneficios, en caso de que se produzcan, se vuelven a reinvertir.

Una vez el modelo haya cogido forma los socios podrán participar de la configuración de la programación cultural que habrá en la Capona. «La idea es hacer propuestas que generen recuerdos colectivos. Ahora estamos haciendo el arranque con programación propia pero queremos que las presentaciones, recomendaciones y actividades tengan que ver con las necesidades y voluntades de los socios», concreta. Eso se vehiculará mediante newsletters que se enviarán por correo electrónico a los asociados, que podrán decir la suya tanto a través de internet como físicamente en la tienda de la calle Gasòmetre.

En los próximos días publicarán el calendario de actividades para las siguientes semanas. «No haremos sólo charlas sino que queremos crear sinergias con los comercios de al lado y dar conferencias, pases de audiovisuales y cualquier tipo de acto en pro de la cultura», explica Oriol Picas, director de la librería. El objetivo es que más que un lugar para comprar libros sea «un centro cultural de Tarragona poniendo el foco en el pueblo tarraconense», manifiesta.

Para conseguirlo han rediseñado y redistribuido los espacios. La librería tiene tres plantas y la inferior y la superior se han modificado. «En el piso de abajo hemos hecho una apuesta por los niños, queremos que crezcan con nosotros», indica. De momento han puesto césped artificial, sillitas y una zona para que los niños puedan pintar. Los sábados por la tarde habrá talleres e incluso colocarán un tobogán para que no haya que utilizar las escaleras. Con todo, cada tres meses el espacio cambiará, para hacerlo más dinámico y atractivo, pero siempre se podrán encontrar los libros de temática infantil y juvenil, así como manga, novelas gráficas o los géneros de fantasía y terror.

Con respecto al piso superior es donde se concentrará el grueso literario, con la ficción y no ficción. En las estanterías centrales han puesto ruedas con el fin de «poder moverlas cuando haya presentaciones de libros» y así poder ganar espacio para hacer actos para 30 o 40 personas. De momento las repisas todavía se están llenando. «Estamos en contacto con 70 distribuidoras. Es un trabajo de picar piedra y esperamos que para Navidad todo esté lleno», afirma Picas.

El director de la librería se muestra convencido de que el modelo que proponen es viable. «No me he planteado que sea un modelo que no pueda funcionar», exclama convencido. Además, defiende que «ahora el libro en catalán está en unos porcentajes históricos de venta» y sostiene que en ciudades como Barcelona los modelos de librería de barrio similares a la Capona que también hacen actividades están funcionando bien. «Se trata de reformular el modelo tradicional», apunta. De momento, para hacer presentaciones y actividades, ya tienen lista de espera.

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